Opinión

Ourense, a la cola de España en rehabilitación

Normativas claras, concretas, agrupadas y legibles, y todo ello con una ventanilla única urbanística y una simplificación administrativa real. No puede ser que tarden no solo meses, sino años, las corporaciones municipales en dar una licencia municipal de obras, reformas o rehabilitación, y Ourense es un penoso ejemplo de ineficiencia e ineficacia en materia urbanística. Si queremos avanzar y recuperar la economía, se debe reducir la burocracia urbanística a su mínima expresión. 

¿Causas principales de esta situación?: los recursos humanos de los Concellos no suelen estar acordes a la cantidad de trabajo, y son puestos con mucha rotación y a veces con limitada formación jurídica; una excesiva burocratización del proceso, que incluye falta de coordinación entre estamentos y una falta de organización en el proceso administrativo, y una falta clamorosa de digitalización en el proceso en las Administraciones locales son las principales motivos. 

¿Y cuáles son los efectos directos que provocan los retrasos de licencias de obra?: de entrada, un notable retraso en la puesta en marcha de las actividades económicas en un contexto muy complicado para las empresas; un elevado coste para las personas físicas o jurídicas que lo asumen a elevados tipos de interés en concepto de financiación para ejecución de las obras, y un sobreprecio para los compradores de viviendas en municipios con retrasos de más de un año en la concesión, como Ourense. 

¿Y las posibles soluciones bajo mi criterio?: mejorar la regulación de las licencias urbanísticas impulsando una Ordenanza de Simplificación de Trámites Urbanísticos; agilizar las licencias en el ámbito de las rehabilitaciones; cubrir la necesidad de incrementar la cuantía de las bonificaciones sobre el Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras; potenciar el alquiler mediante la colaboración público-privada en derecho de superficie y estudiar fórmulas como el construir para alquilar, así como opciones para recuperar la vivienda degradada en núcleos marginales dentro de las propias ciudades con el casco antiguo de nuestra ciudad como focalizador de los planes de choque; impulsar metodologías que desde la Administración mejoren las comunicaciones y notificaciones en la tramitación de expedientes, ya que no es permisible que se tarde meses, e incluso años, en obtener licencias urbanísticas de diversas índoles; hacer revisiones de la normativa de los Planes Generales de Ordenación Urbana de las 7 ciudades de Galicia -Ourense es la única ciudad que aún no tiene un plan aprobado y actualizado-, que se pudieran aprobar en tiempo y forma, agilizando así la creación de las juntas de compensación y los proyectos de urbanización. 

Y es que las siete ciudades gallegas y sus áreas metropolitanas necesitan viviendas nuevas y una apuesta decidida por la rehabilitación de viviendas en un parque el cual más de 500.000 tienen más de 50 años de antigüedad. 

Todas ellas podrán beneficiarse de las ayudas y deducciones de los fondos europeos para potenciar la rehabilitación de viviendas, ya que casi el 50% de los edificios en el conjunto de nuestra Comunidad Autónoma tienen una antigüedad de más de 40 años, por lo que podrían acogerse a algunos de los planes específicos procedente de los fondos Next Generation para ampliar y mejorar el parque de viviendas, mejorando así la calidad de los edificios, sobre todo en cuanto a su calificación energética y su consumo de energía en entornos residenciales. Es decir, una gran oportunidad que Ourense en concreto no puede ni debe dejar pasar. Y para eso nos hace falta ya el PXOM. 

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