Opinión

Ourense ha tocado fondo y ¡toca levantarse!


De dos exalcaldes, de dos buenas personas que han padecido su personal travesía en el desierto, y de dos muy próximos septuagenarios -lo cual aporta serenidad, coherencia, respeto, reflexiones meditadas y experiencia de gestión municipal-, Manuel Cabezas y Paco Rodríguez, saldrá el próximo alcalde de Ourense, sin ningún género de dudas. Está vez parece que se ve la luz al final del túnel… y por fin se pondrá enmendar la actual situación de deriva económica e inversora, desprestigio institucional, decadencia social y declive total y absoluto en todos los parámetros de toda una ciudad. Toda esta vivencia apocalíptica que hemos sufrido estos años tiene ya fecha de caducidad: 28 de mayo del 2023. Ese debería ser el punto de inflexión y el punto final de un contexto político municipal esperpéntico, humillante y aberrante que jamás de los jamases se debería repetir. 

Debe gobernar Ourense la lista más votada, y eso aportaría sentido común, colaboración sincera y ejemplarizante, priorización del interés general por encima de cualquier individualismo personal. Ourense ya no puede permitirse ningún error más, y necesita un proyecto de ciudad sólido, planificado, ejecutable y con el más rápido retorno, porque el papel ya no lo aguanta todo. Un proyecto de vida para que nuestros jóvenes ourensanos y ourensanas apuesten firme por su futuro en la ciudad que los vio nacer. Un proyecto de ciudad con visión y legítima ambición, y que cubra las dos mayores demandas de nuestros jóvenes para que se queden aquí: viviendas al alcance de su renta y oportunidades laborales estables y de calidad. Por eso se necesita aprobar sin más dilación el plan general aprobado en su momento de manera inicial, actualizándolo e incorporando las modificaciones necesarias, exponiéndolo públicamente a la ciudadanía ourensana para enriquecerlo con sus alegaciones y aprobándolo de manera definitiva. 

Y nuestros jóvenes necesitan viviendas acordes a sus ingresos reales. Por ello mismo es imprescindible un parque de viviendas de VPA, en régimen especial, general y concertado para dar esa necesaria respuesta a sus posibilidades de independizarse. A imagen y semejanza del desarrollo urbanístico de más de 1.600 viviendas de protección oficial y de diferentes tipologías en una urbanización de una calidad envidiable, como la que se va desarrollar en Vigo, concretamente en Navia. Pero no solo en Vigo... estos días se ha comunicado el concurso público por parte de la Xunta de más de mil viviendas de protección oficial en el Parque Ofimático de A Coruña; en Bertón, en Ferrol; en Garabolos, en la capital lucense, y en Valdecorvos, en la ciudad de Pontevedra. ¿Y en Ourense? Pues nada de nada. 

Y por supuesto, nuestra joya de la corona, nuestro casco antiguo. El cual está supeditado a un caduco Plan Especial de Reforma Interior. Lo cual ha derivado en una degradación y pérdida del valor de nuestro patrimonio arquitectónico en un área urbana, la del casco histórico, que tiene una extensión aproximada de 20 hectáreas, y con un uso principal que es residencial en un 95,23%. Urge una elaboración de una nueva cartografía, ya que sin ella el desarrollo de un nuevo PERI sería inviable. Por lo que creo que sería un muy grave error retocar el plan del año 1986 -el que está vigente-, para agilizar proyectos sin tener un nuevo PXOM aprobado en tiempo y forma. 

En definitiva, este es nuestro último cartucho como ciudad... no hay más. 

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