Opinión

¿Quién es el caos?

En nuestra Galicia, el comité de dirección de una muy conocida y afamada empresa cervecera se reduce sus sueldos en un 50% para ayudar a mantener los salarios de sus empleados y que no pasen problemas económicos. Mientras este tipo de honorables y gratificantes comportamientos se producen en el sufrido sector privado, pues en el sector público, concretamente en varios de los ministerios del Gobierno (casi todos regidos por miembros de Unidas Podemos), se crean -en pleno estado de alarma- once nuevas subdirecciones generales con todos los incrementos de gasto de los dineros públicos que ello conlleva. Como apreciamos, el sentido de la responsabilidad, de la moral y ética del gobierno bipartito socialcomunista actual es de una obscenidad sangrante.

Este Ejecutivo nos somete a una carga de empleo público totalmente inasumible. Entre funcionarios, personal laboral, otros tipos de empleados públicos, así como diputados, senadores, personal de administraciones provinciales y locales, parlamentos autonómicos, fundaciones, consorcios y demás entes, hay 3.248.000 personas que reciben un sueldo público por un importe de más de 142.000 millones de euros. Todo esto se produce en un escenario económico-laboral en el que un 40% de la población activa está desempleada o en un ERTE. Y precisamente con la mayor destrucción histórica de empleo en un mes de abril, el Ministerio de Trabajo de Yolanda Díaz, se congratula hasta la euforia de pagar 5,2 millones en prestaciones… ¿pero en manos de quién estamos? Y un brutal dato más: en los dos últimos meses se han dado de baja 133.757 empresas del registro de cotización de la Seguridad Social, algo que nunca había pasado. Y todo apunta a que en los próximos meses la destrucción del tejido empresarial continúe a un ritmo acelerado. Y empleadores no hay creación de empleo, aunque a la ministra de Trabajo eso no parece importarle, en su particular cruzada contra el tejido economico-empresarial. En conclusión: la subida lineal de todo tipo de impuestos está a la vuelta de la esquina, y en un contexto en el que la mayoría del tejido económico privado está inmerso en moratorias y aplazamientos de pagos y con nuevos créditos solicitados para obtener liquidez, por una más que previsible caída de la facturación.

¿Quién es entonces el caos en este país? Lo es un Gobierno opaco, desnortado, con tics dictatoriales y el cual busca amparo de su desastrosa gestión de los recursos públicos en la continuidad injustificable de un estado de alarma para el cual se han buscado nuevos cómplices. Esta vez, un partido político llamado Ciudadanos, hundido electoralmente, y el cual acaba de escribir, con su injustificable complicidad, su epitafio como formación política. Y más aún, si la letra no escrita de ese aberrante y engañoso acuerdo contempla en unos meses mociones de censura en Madrid y Andalucía para apartar al Partido Popular del gobierno autonómico y local, lo iremos viendo.

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