Opinión

Reactivación económica

No, no es un canto de sirenas, ni la expresión de un deseo realizado bajo el destello de una luna llena. Es simplemente la visualización y constatación de los datos que, por fin, se derivan a realidades concretas y tangibles. Una buena parte de los datos macroeconómicos de nuestro país ya entraban sólidamente en terrenos positivos en los últimos meses (el Tesoro Público emite actualmente letras a un interés del 0,018%), pero estos no formaban parte aun de la economía real de los ciudadanos. Sin duda, las últimas y esperadas medidas económicas adoptadas por el BCE aprobando recientemente un plan de compra de deuda pública y privada van a impulsar definitivamente la reactivación económica, dotándola de la solidez y liquidez necesaria. Lo que me lleva a decir, con total confianza, que la economía real mejorará a partir del segundo semestre del actual año y derivará de una forma tangible a familias y empresas.

Iniciativas que he defendido, planteado y argumentado, como la imprescindible reducción del precio del suelo industrial, han tenido que ver en este inicio de reactivación local. No era comprensible que Galicia tuviera repartidos en 117 ayuntamientos más de 5.100.000 metros cuadrados de suelo industrial disponible pendientes de uso y de comercializar. La rebaja en el coste del metro cuadrado de suelo industrial de hasta el 50% para aquellos parques empresariales ubicados en las zonas del Plan Impulsa: Ourense, Lugo, Ferrolterra y Costa da Morte, así como instaurar el alquiler con opción a compra como nueva fórmula de comercialización, son totalmente acertadas.

Mientras, se constata la recuperación del mercado de arrendamiento de oficinas en los centros y semicentros de las principales ciudades gallegas, lo que nos indica un repunte en la creación de nuevas actividades económicas en el sector de los profesionales liberales y microempresas.

Y precisamente para mantener este rumbo, que solo puede ser positivo, debemos eliminar el principal lastre que soporta actualmente nuestra economía y que se denomina, corrupción. Y el último episodio de esta lacra nos viene de la decisión acertada del juez titular del caso Bankia en la Audiencia, imputando a 78 ex consejeros y ex directivosde Caja Madrid por presuntos delitos de administración desleal o apropiación indebida. Por ello, y por los centenares de casos abiertos de presuntas corruptelas, comparto las medidas de impulso democrático (que tantas veces he defendido desde esta columna de opinión) presentadas recientemente por el presidente de la Xunta. Forman un conjunto inicial de cinco leyes anticorrupción y a favor de la transparencia que incluirán 50 medidas que espero y deseo den un giro a la que es segunda preocupación de los ciudadanos. Si realmente somos capaces de ejecutar en su totalidad, con agilidad y contundencia, las leyes que nos permitan luchar contra los corruptos y la corrupción, esta sociedad ira recuperando la confianza en sus instituciones y quienes las representan, a la vez que abortaremos populismos totalitarios que solo fomentan el odio y la confrontación. De nosotros depende, de nadie más.

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