Opinión

El reto electoral de la "Galicia vaciada"

El interior de la Galicia vaciada lo será más aún en esta década en Ourense y Lugo, ya que se prevé el mayor abandono absoluto de tierras agrícolas, superando el 30% del área agrícola utilizada, y que afectaría a más de 150. 000 hectáreas entre las dos provincias, siendo también las más afectadas porcentualmente de toda España. Todo ello, con unos porcentajes que van desde la provincia de Lugo, con un 44,2 %, seguida de A Coruña (41,9 %), Ourense (30,2 %) y Pontevedra (25,9 %). Y así lo ratifican los datos extraídos del Ministerio de Agricultura, los cuales nos dicen que solamente en 2019, Galicia perdió 8.000 hectáreas agrícolas de un total de 310. 854. 

Las elevadas tasas de abandono del rural en beneficio de otras ciudades con mayores posibilidades de trabajo, sumado al desmantelamiento de servicios en el rural, nuestras características topográficas, la fragmentación de las propiedades y el minifundismo de las explotaciones agrícolas y ganaderas, sumado a la falta de empleo y expectativas en el rural son el caldo de cultivo que presagia una desertizacion del territorio. 

También supone un lastre para el avance del rural provincial y de la economía de Ourense que muchas de esas pequeñas parcelas están abandonadas desde hace años y se hace difícil incluso localizar a sus propietarios para darle el uso adecuado. En definitiva, todo un reto el de solucionar el monumental problema de la Galicia vaciada. Una Galicia de dos velocidades que también se hace patente en los muchos locales vacíos que se han incorporado al circuito de comercialización. Esto es positivo porque aumenta la oferta y también resalta que muchos propietarios no quieren seguir asumiendo gastos (IBI, comunidad, luz, agua, tasas municipales) sin retorno. Pero una vez más, evidencia que la Galicia vacía lo es también de actividades económicas de autónomos y microempresas. La demanda de locales o bajos comerciales en 260 concellos de Galicia, de los 313, es testimonial. Y en los concellos de menos de 2.000 habitantes es casi 0. 

El incremento de locales y bajos vacíos en el circuito de comercialización es superior incluso al trienio 2011-12-13 en los peores años de la crisis. Es decir, el número de cierres en los tres últimos años ha incrementado la bolsa en el circuito de comercialización. 

En definitiva, unas áreas que aglutinan el 85 % de la oferta y demanda, que prácticamente se desarrollan en 50 de los 313 concellos actuales. Eso nos deja una demanda reducida, casi residual, en los 263 ayuntamientos gallegos restantes, que se deriva en la práctica al núcleo más céntrico de los municipios más poblados, y que únicamente representan el 15% de la demanda actual. Una anacronía a tener muy en cuenta que evidencia el despoblamiento y envejecimiento de los concellos de menos de 5.000 habitantes y su falta de poder de atracción de nuevas actividades económicas y de fijación de población. Hablamos de nuestro mundo rural, de la Galicia vaciada, en la cual sin empleos, con servicios precarios, comunicaciones deficientes, sin oficinas bancarias muchas de ellas y sin actividades económicas que lo sostengan, pierden atractivo para fijar población.

Te puede interesar