Opinión

Sánchez no cumple con Ucrania, ni con nadie

Hay muchas maneras de hundir la credibilidad y confianza de un país cara a su imagen y política exterior. Y Sánchez es un verdadero especialista en todo ello. Lo más penoso y doloroso es que juega con expectativas incumplidas para quienes tienen una verdadera necesidad porque sus vidas les van en ello.

Y así, desde su marketiniano desplazamiento de abril a Ucrania, a nuestros socios europeos les ha quedado nítido que el mandatario español solo buscaba la foto en Kiev con el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, únicamente eso. Un auténtico “quedabien” es el personaje que ocupa la Presidencia del Gobierno de nuestro país. Y es que España es el país aliado que menos está ayudando a Ucrania en relación con su PIB, con lo que las promesas de Sánchez respecto a la ayuda militar a Ucrania son de chiste de Gila. Ni camiones militares de trasporte, ni tanques Leopard, ni blindados M113... solo selfis para publicitarse ante una UE donde ya todos lo tienen muy calado.

Difícil papelón le deja a su ministra de Defensa, Margarita Robles, que tiene que lidiar con su socio de gobierno -el partido de extrema izquierda Unidas Podemos- y a la vez intentar transmitir al embajador de Ucrania explicaciones sobre lo muy difícilmente explicable. Todo son excusas para justificar retrasos e incumplimientos. En conclusión, un Gobierno que debe pensar que la guerra de Ucrania -plagada de mercenarios del bando ruso conocidos por su violencia extrema-, se libra a imagen y semejanza de una batalla de flores desde carrozas donde los militares se arrojan caramelos y pétalos.

Mientras, en nuestro país, las empresas están al límite por los precios de la energía y las erráticas e incomprensibles políticas del Gobierno bipartito socialcomunista. Pero esa no es la preocupación de vicepresidentas como Yolanda Díaz, no. La cual sigue de peregrinaje con “sus escuchas”, que ya no generan interés a nadie más que a los vividores de lo público que la rodean. La última, en nuestra Galicia, escuchando no sé qué del rural y de la Galicia vaciada y de su frase de marketing político “quedabien”, “del contrato social con el rural”. ¿Pero no tendrá otras cosas que hacer como gestionar productivamente su Ministerio? Con los últimos y negativos datos de desempleo -189.963 afiliados menos en agosto que en julio y 40.428 desempleados más- oscurece aún más las previsiones económicas-laborales de este otoño-invierno.

Mire usted, señora vicepresidenta segunda... no se puede arremeter contra quienes únicamente generan empleo y pagan sus impuestos por hacerles el juego a sus queridos sindicatos... no. Ni es de recibo ni es lo que se espera de una representante del Ejecutivo, cargar como lo hizo usted contra los representantes de las empresas diciendo “no estar a la altura de su país”. Una acusación absolutamente falsa que usted sabrá qué beneficio político le puede reportar. No contenta con esa desafortunada e injustificable frase acusatoria y para demostrar que usted únicamente representa a la extrema izquierda de este país, apoyó explícitamente las movilizaciones de los sindicatos, quienes, según usted, “tienen motivos de sobra para salir a la calle”.

Mi respuesta ante tanto desatino es la misma respuesta serena y firme que la CEOE ha hecho pública en su comunicado: “Las empresas españolas estamos comprometidas con España y los españoles, con su empleo, y apostamos por un país en el que haya estabilidad política, seguridad jurídica y calidad normativa para generar un clima de inversión favorable”. Esa es la respuesta, sin más, señora vicepresidenta segunda.

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