Opinión

¿Una Diputación de cuatro partidos?

Pero qué broma es esta? ¿Un BNG nacionalista-idependentista, que fue en las recientes elecciones al Parlamento Europeo en España conjuntamente con Esquerra Republicana y Euskal Herria Bildu, quiere ahora ser parte del gobierno provincial de Ourense conjuntamente con un Ciudadanos a los cuales en Cataluña y en el País Vasco les han insultado y vejado hasta lo insoportable e insufrible? ¿Alguien dejaría el futuro de nuestros hijos, y el nuestro propio, en tales manos, por no nombrar ya a los dos partidos restantes, de los cuales uno de ellos sería ya la mayor de las anomalías habidas y por haber que podríamos sufrir?

Miren ustedes, al Partido Popular les he quitado los colores en numerosas ocasiones desde esta misma columna de opinión por sus numerosos casos de corrupción en nuestro país, por una casi nula regeneración interna, con puestos vitalicios para personas que pensaban que el partido era únicamente de ellos como si de su negocio particular se tratara y por una descafeinada carga ideológica durante los muchos años de un marianismo que nos adormeció y, en muchos casos -el mío propio- nos aborreció y hastió, hasta el punto de decir “hasta aquí hemos llegado”. Pero el camarote de los hermanos Marx en lo que quieren y pueden convertir la Diputación provincial de nuestro Ourense sería la peor de nuestras pesadillas y laminaría cualquier posibilidad real de futuro de nuestra provincia.

Ourense somos 92 ayuntamientos, muchos de los cuales con menos de 2.000 habitantes. Con municipios y núcleos de población con problemas de alumbrado, alcantarillado y deficientes infraestructuras. Con escasos recursos humanos en los propios concellos, y para los cuales la Diputación es esencial y vital, por pura supervivencia económica, social y demográfica. Y sé perfectamente que al tema de la despoblación es muy difícil ponerle remedio. En algunos casos incluso es una utopía, por lo que abogo por un frente común de todas las administraciones que derive en una "discriminación positiva" hacia una provincia necesitada de estímulos. Ya no son permisibles más olvidos y desprecios hacia Ourense, estamos en una situación de emergencia que requiere la aplicación de planes de choque económicos y sociales. Por ello mismo, y por nuestra debilidad económica e industrial, nos hace falta una Diputación fuerte, con criterio, con una única dirección que trabaje únicamente pensando en el interés general de los 309.314 ourensanas y ourensanos que aquí vivimos y lo queremos seguir haciendo. Sufrimos una pérdida poblacional que ha afectado casi al 90% de los concellos de Ourense, ya que, de los 92 ayuntamientos que tiene la provincia, solo 11 han conseguido superar el número vecinos censados.

Por esto mismo digo: experimentos políticos y egocéntricos a cuenta de los ourensanos como si fuésemos cobayas… pues un no rotundo. Prefiero lo conocido, me guste más o menos, que a cuatro partidos políticos que se pelearían por cada milímetro de poder y por cada céntimo de euro de nuestros impuestos sin ningún tipo de pudor. Pero qué gran país el nuestro que parece que todos los abrazafarolas y vividores de lo público se multiplican como si de gremlins se tratará.

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