Opinión

Los votantes exigimos un gobierno 

Exigimos un gobierno que acabe con tanto despropósito, vanidades mal consentidas y egocentrismos absolutistas. Aunque la pregunta que se harán muchos ciudadanos hoy es: ¿Y ahora qué? Pues de momento esperar a que se constituyan las Cortes Generales el 19 de julio y a partir de ahí nuevamente Felipe VI abrirá una ronda de consultas con los partidos con representación parlamentaria y sabremos entonces si algún candidato a la Presidencia del Gobierno cuenta con apoyos suficientes para someterse a una sesión de investidura.
Y el cielo no se ha desplomado sobre nuestras cabezas por mal que le pese a algún partido político. Y lo digo respetando sin paliativos el voto de todos y todas los españoles, faltaría más. Desde luego que el legítimo resultado de las urnas es el que la ciudadanía española ha deseado y manifestado, unos en las urnas y otros no ejerciendo su legítimo derecho al voto.

Pero, ¿cómo hemos llegado a esta situación? En los últimos años y desde mi columna en La Región he manifestado reiteradamente el hastío de una sociedad humillada, maltratada y arrojada a los océanos de los desahucios, de unas tasas de paro que han roto todo el sistema económico con la sustancial pérdida de calidad de vida y una desigualdad social que ninguno conocíamos. Y sobre todo, una sociedad que ha sido y sigue siendo testigo silencioso de un universo total de corrupción mientras nos asfixiaban fiscalmente con políticas de austeridad desiguales en injustas, y todo ello con una sensación de impunidad de las corruptelas diarias que han superado todo lo soportable. Y a mayores aún, que ya es decir, la peor y más mediocre clase política que jamás hayamos conocido, repleta de incompetentes, corruptos, y de sus inevitables cómplices, palmeros sin escrúpulos y lacayos políticos que anteponen su interés propio y el de su amo de turno por encima de los intereses generales de las personas que en ellos han depositado su confianza. En definitiva, el caldo de cultivo social que ha creado este nuevo frankestein político y que es fruto de tantos y tantos errores y despropósitos. Pero esta vez ya no debería ser con los mismos individuos que nos han metido en esta ciénaga política, económica y social, con estos no, ¡nunca jamás! Ha ganado el PP, gracias a ese electorado fiel de derechas cuyo suelo ahora mismo está en torno a los 7 millones de votantes. Aunque es cierto que el PP, con otro candidato, hubiese obtenido un resultado mejor.

Un sorpasso en votos y en escaños en gran parte de los territorios de Podemos al PSOE no se ha producido. El sorpasso sociológico, por así llamarlo, se había anunciando, aunque sí se evidencia la brecha generacional existente, donde las cuatro generaciones actuales votan de una forma muy definida. Un PSOE que pasará de ser parte a mero juez. Con un Congreso Federal a la vista, y con los síntomas de colapso que ya tienen pueden dejarlos completamente diluidos en el panorama político. Aunque pienso que podría gobernar el PP con el apoyo de Ciudadanos y la abstención del PSOE. Pero sin Rajoy como candidato. Con la situación actual, la campaña y las posiciones de ambos partidos es impensable el pacto PSOE-Podemos, sólo formará parte del relato donde veremos como se echan la culpa mutuamente de que no lo haya. Además,no alcanzan los 175 por sí solos. Necesitarían como mínimo del PNV. En definitiva, tenemos lo que hemos querido tener y ahora queremos un Gobierno para nuestro país, ¡España!
 

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