De la versión "si nos van a ganar que sea con esos triplazos" de Mumbrú, en los cuartos de final de la Copa del Rey (Real Madrid-Bilbao), incapaces de taponar a un Sergio Llull desencadenado, a su traslación al Pazo solo han transcurrieron 48 horas. Con "Goya" para el Alicante como guión mejor adaptado. De tal modo que por mucho que se esmeró Edu Martinez -20 puntos- los interiores ourensanos, en concreto Darko Balaban, se vio imposibilitado ante el sellado de la zona alicantina. El esfuerzo de van Wijk y muy poco más. Un róster más equilibrado benefició al COB en las rotaciones durante la primera parte, no tanto en la continuación, como si el enfado de Pedro Rivero con los suyos, en su particular "load management", en el momento de retirarse hacia vestuarios, se hiciera más terminante en la "caseta" pues...¡joder como salió su equipo en la segunda parte!
Son muchas "las historias de carretera", que titulaba Miguel Ríos, compartidas por García de Vitoria y Pedro Rivero como para sorprenderse ahora. Más podría definir aquellas actuaciones individuales, más brillantes en la interpretación de lo planificado -defensas alternativas del COB por bloqueo de la zona alicantina- por sus "directores". Y así fue. El COB de Balaban, de los altibajos y los destellos, tuvo que hacer toda la exposición con el rival colgado de la chepa, cuando tomó ventaja, y apurado por el reloj cuando tocó recuperar.
La racha de resultados negativos, como siempre ocurre a los más débiles, le lleva por un camino desmoralizador.
