Opinión

Calmar y curar

Onofre, el camarero del café Gijón, se acercó al pleno de la tertulia y preguntó que iban a tomar los señores. Cada uno expresó su deseo. A mí un agua mineral sin gas, a mí un té, a mí una tila. ¿Y usted? Le preguntó el camarero al cineasta Juan Estelrich. “En vista de que esto es una farmacia a mí ponme un poco de yodo en el cuello”. Por el relato que hace Manuel Vicent la cosa iba de “infusiones” y “cura”. Que, obviando el sarcasmo de Estelrich, era lo mismo de que iba la Junta de accionistas del COB: “calmar y curar”.

Previsible, pero, en su soledad, baldío. Como le viene sucediendo al equipo, por ser una S.A.D. me permito hilvanar gestión y resultados, el arresto de Willett, el avance de Pilepic, las esporádicas apariciones de Gjuroski y quizá el proceder de Aboubacar llega hasta donde llega -Rajoy dixit-. Se necesita de mayores fuerzas y un consenso en la S.A.D.que no había. El regreso de la Diputación y vuelta de quienes conocen sobradamente el percal definitivo. 

Eso si, sin llevarse a engaño.  Alguno, parafraseando a Obama, lo adelantó: “No me digan que tengo que gastar un millón en refuerzos. Ya lo sé y no puedo hacerlo”. De momento, “calmar y curar”. Para quien ya conoce la situación, Camilo Álvarez, “hay que salvar esta temporada y luego...”. Y  lo de siempre: “cuanto más cerca estés del aro más posibilidades hay de meterla” (Obradovic). No están yendo las cosas muy bien en el juego interior ourensano. 

Te puede interesar