Al puro estilo "small ball" que convulsiona la NBA. Con "pequeños", sin pivots. Pero ni son los Warrriors ni los Rockets, ni tienen el atractivo de los Curry, Green, Thompson...Harden, House o Westbrook. Es el Cáceres de los Rakocevic, Parejo o Uriz, con el culo "pelao" -que diría Luis Aragonés- de batirse por todas las categorías del baloncesto español. Capaces de hacer de la necesidad virtud. ¿Que tiene que ver el presupuesto para coger un rebote? (Rick Pitino).
Y no es que el conjunto extremeño superara al COB porque jugara a una mayor velocidad, la que se le supone a un cinco de bajitos, sino porque fue capaz de jugar a todas las velocidades. Dominar todos los registros. Frente a un COB, donde son muchos los que dominan los mecanismos, menos los que hacen la lectura correcta del juego y casi ninguno con el carácter preciso ante una situación adversa.
Y cuando surgía algún tipo de desconcierto, ante los escasos arrebatos ourensanos, bastaba con una llamada al orden por parte del técnico extremeño, Roberto Blanco, a los suyos: "tranquilos, "coño", no tenemos que hacer nada que no hallamos hecho". Esto y un par "cañonazos" a tiempo bastaban para frenar el ánimo ourensanista por llegar a tiempo a la disputa del partido.
Entre la ilusión y la decepción, entre el éxito y el fracaso, se movió el ánimo de una aficion, escéptica, angustiada luego, al abandonar el Pazo. Para el COB, la preocupación por la permanencia. Y ya "en la jauja de los más corrientes -parafraseando al ciudadano Jaime Noguerol- ¿estará a la altura de su destino?".