Play off ante el Breogán, en el viejo pabellón de Lugo. Nadie había advertido la falta del técnico en el COB hasta que los árbitros señalaban el inminente inicio del partido. Rápidamente el utillero, Moncho, regresa al vestuario y ya desde la puerta pudo escuchar los desesperados gritos del entrenador ourensano -¿Ángel Navarro?- a la vez que aporreaba la puerta del servicio que se había quedado atrancada.
Situación que guarda mucha semejanza con lo sucedido en Alicante. Solo que en esta ocasión fueron los jugadores ourensanos quienes se quedaron "atrancados" sin llegar a disputar la segunda parte. Ambición contra apatía -¿impotencia?-. En todo caso desesperante.
Lo cierto es que finalizado el partido te dan ganas de ajusticiar a todo el equipo. Pasado el primer día limito mis reproches a las pérdidas de balones o la falta de actitud defensiva de aquel u otro jugador, para, un día antes de un nuevo partido, recuperado el ánimo y ya pienso en que Balaban se ha tomado esa supervitamina que le relanzará, Wood seguirá tirando extraño, pero le entraran, al igual que a Edu Martinez...
Defensa y más defensa, Esfuerzo y más esfuerzo. No cabe otro argumento táctico para quien, como el COB, está obligado a luchar desde la desigualdad y más a las puertas de la visita de un Valladolid, quizá no muy sobrado de talento, aunque sí de físico y que intentará "acogotar" a los ourensanos desde el saque inicial.
