Opinión

Cuestión de expectativas

Fueron unas declaraciones de Anicet Lavodrama -ex- jugador de baloncesto, ídolo en Ferrol durante los 80, representante y captador de talentos-a Javier Ortiz las que despertaron en nuestro subconsciente, coincidiendo con la visita al Pazo del Navarra, el interés por analizar el sorprendente recorrido de Jaroslav Korolev (Moscú 07 de mayo de 1987). Quien habiendo sido campeón de Superliga y Copa con el Dynamo de Moscú y primera ronda de draft, puesto 12, con tan solo 18 años, ahora intenta recuperar sensaciones en una Liga menor.

Para el pívot centroafricano siendo necesario contar con una agencia de representación capaz "de asesorar y orientar la carrera profesional del deportista", es imprescindible, "contar con los mejores formadores".

Visto lo sucedido es de pensar que al agente/técnico de Jaros-lav Korolev le faltó templanza y convicción y le sobró avidez a la hora de orientar el necesario desarrollo de su joven representado, que, sin mayor bagaje que su talento, se veía inmerso en una Liga que te exige competir desde un primer momento. Donde no hay concesiones y de no cumplir expectativas, como fue el caso del joven Korolev, no queda otra salida que la incierta cesión a unas Ligas de formación donde el técnico pinta más bien poco y siempre va a primar la individualidad -incluso en los entrenos- en un exasperado intento por destacar y poder así regresar a la ansia- da NBA o recabar el interés del baloncesto FIBA. Lo que se dice un jugador de media cancha. Un especialista en el 1x1, lo que es el Korolev que pudimos ver en el Pazo. Tan capaz en ataque como despistado en defensa. Ansioso y enredado en un camino claros- curo, de constante ida y vuelta, no muy distinto al de otros muchos jugadores americanos, que acojona a muchos técnicos porque entienden que siempre gana la parte oscura. 

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