De camino al Pazo, la radio del coche trae la voz de Bob Dylan, "las aguas han crecido a vuestro alrededor... Si creéis que estáis a tiempo de salvaros será mejor que comencéis a nadar u os hundiréis como piedras..." (The times they are a changing). Balón al aire. Todo toma sentido. La vida no tiene que ser, inexcusablemente, una disputa constante, pero en algún momento hay que luchar. Luchar... hay que luchar. Es la orientación para trascender.
Así que las cuestiones previas se resolvieron pronto a interés del Ibereólica: haciendo números en ataque y tolerando nada. El minimalismo de quien necesita el triunfo. Arrancó el conjunto ourensano con fuerza. Extrema presión que parecía atrancar a un Girona siempre ejemplo de sistemas y orden -escuela catalana-. Cuestión de ritmo. Por el método del tirón, robar y correr, el conjunto ourensano era dominador hasta que el azar -y como parte de ello considero el arbitraje- y los errores de los trascendentes, Spight el que más, Joseph como siempre, acarrearon desasosiego y ralentizaron juego e ideas a los ourensanos. Parsimonia cual efecto "Zelig" , la película de Woody Allen, donde el protagonista se identificaba tanto con los personajes de la trama que se transmutaba en ellos. Si el Girona, a su interés, jugaba lento, el COB se inclinaba a jugar igual. Efecto espejo que puedo haberle costado un disgusto...de no ser por el crecimiento de Yates, la recuperación de Uriz, las apariciones de Mazaira y la sobriedad de Tomás, una segunda línea, intensa y responsabilizada ante la dificultad.
El triunfo es autoestima y firmeza para el COB. Ahora se trata de no frustrar esas anticipaciones y ahí es donde la partida no está todavía ganada: "Most likely you go your way and i´ll go mine"/el tiempo dirá quien ha caído y quien fue dejado atrás..." interpreta Dylan.
