Pudo haber ganado cualquiera. Podría ser, pero nadie puede dudar de que el conjunto ourensano mereció ganar. Y además, por momentos, con las armas de los locales, por físico, con agresividad. Algo que Gonzalo García de Vitoria ya había dejado entrever en la previa del partido "nos gustaría jugar a más posesiones".
Un COB más poliédrico, que bajo la dirección de Alvarado fue capaz de defender una idea, con Balaban en cancha, para acabar "gobernando" con la contraria. Lo que no es hacer un "Jácome" precisamente, como alguno, en la contradicción, podría pensar, si no mostrar una mayor capacidad que viene dada por la incorporación del pívot Yankuba Sima, la cooperación de Thomas Tshikaya y más puntos de los exteriores, como fue el caso en el último partido.
Una vez más habrá que darle la razón a García de Vitoria, cuando allá, por el mes de setiembre, adelantaba que el pívot francés "nos podrá dar más cosas en la segunda vuelta".
Un COB más heterogéneo ,capaz de combinar conceptos con resultado. Donde el resurgir de Alfredo Ott era necesario como lo es "multiusos" Van Wijk y Connor Wood.
De tal modo el COB, tras algún tropiezo, acertó a enmendar la plana, cumplir en la tarea, con la prontitud precisa para evitar que surgieran posibles dudas y lo hizo no solo completando un buen partido si no también mostrando la actitud, auténtico ADN del equipo, necesaria.
De tal modo se mantiene en ese límite de play off que debemos considerar, más aún valorar, como una clasificación justa a la vez que meritoria. Aquello de: acorde a expectativas.
