Ahí está... sin Sintrom ni otras medicinas modernas”. Animaban, con evidente afecto, aplaudían, sus músicos a Raimundo Amador, que, aún sobrado de ánimo, virtuosismo, es capaz de defender su fusión del flamenco, pero al que su enrevesada vida, como él mismo tiene reconocido, encalla su pasado, entorpece sus movimientos sobre el escenario, para inquietud de los muchos seguidores que acudieron al Auditorio Municipal.
Como “ahí está...”, piensan, animan, los seguidores de un irregular -mejor en el Pazo que fuera- COB que sin ayuda, y nos referimos a la imparcialidad arbitral precisa, y con las dudas que arrastra tras un inicio de temporada un tanto embrollado, en una situación clasificatoria complicada, es capaz de competir siempre, hasta donde las fuerzas, el arbitraje en esta ocasión, se lo permiten, lo que preocupa a muchos.
Parcialidad arbitral, dudas sobre alguna actuación individual, no es el mejor Zamora, ¿Urtasun?… Todo tuvo su influencia, pero, además, erró el COB en su balance defensivo y más aún en el momento de cerrar el rebote: 43 rechaces para Cantabria (14 ofensivos) por 27 del COB. Los interiores cántabros dominaron el partido. Déficit que el conjunto ourensano viene arrastrando a lo largo de toda la temporada. Parafraseando a Jalen Rose, tras un excelso partido de Kobe Bryant, “me imagino que añadiremos estos datos a nuestro scouting para que no nos vuelva a pasar”.
El COB como seguro de permanencia debe sumar el 50% de triunfos en los partidos por disputar. Menos es posible, pero más que preocupante. La primera prueba de máxima exigencia a la vuelta de la esquina ante el reforzado con Trey Davis, Jarumbaukas y más que están por llegar. El Melilla de Gonzalo García de Vitoria al que solo le vale la victoria. Ambos se conocen de sobra. Luego con sus compañeros de riesgo, donde la victoria vale doble: Albacete, Cáceres, Almansa y así con el resto de componentes del G7 -grupo de supervivencia- hasta el final con la visita al Pazo del Lleida con visos de decisivo.
