Siempre he considerado a los árbitros como el azar en la cancha, hasta que deja de serlo, como fue el caso. No pasará a los anales, dado que el COB no es el Real Madrid, ni tan siquiera un Betis, su rival, -siempre por presupuesto, no por "ingenio", y mucho menos por trabajo- que de ser cola de león, en ACB, juega ahora a importante, merced al "dopaje" de la compensación por descenso, y como tal se mueve y se le beneficia, a tenor de lo sucedido aquí, por el colectivo arbitral.
¿Cuestión de inercia? No lo necesita. Así, interpretaremos como una "gracia" arbitral que a Olumuyiwa se le permitiera salirse de la cancha y en su regreso beneficiarse de un rebote para anotar una trascedente canasta, o a Staimbrook, ese jugador con pinta de "harri-jasotze", se pudiera acondicionar, sin limite de pasos, la "bola", con idéntico beneficio. Acciones, junto con las cesiones en defensa a los béticos, cuando todo se decidía, terminaron por romper un partido hasta ese momento sumamente igualado. Pero bueno, era el líder.
