Es una regla no escrita del ciclismo: las grandes vueltas se ganan en los malos días. Esperemos que ese mal día del COB haya sido el de su enfrentamiento ante Burgos. La verdad es que el conjunto ourensano ni quiso discutir su derrota.
Partido que dejó también noticias del estado de la cuestión: que Kurt Kuart no tiene relevo, como tampoco Manjgafic, obligado a desdoblarse como sustituto del “cinco” a la vez que asumir toda la responsabilidad en ataque desde el “cuatro”. Que Ventura, en ese esfuerzo que tanto agradece el Pazo, se acerca a la titularidad. Ellos fueron los más visibles, en su justa medida con respecto a lo que fue el resultado, de un COB en una fase de desapasionamiento y con unos datos estadísticos que dejan cada vez menos margen de maniobra.
Cuesta lo suyo, pero quiero creer. La esperanza es lo último que pierdo, sobre todo cuando se trata del COB. Memorizo unas manifestaciones de Greg Popovich, tras una contundente derrota ante Los Ángeles Clippers: “Nos han dado una paliza, con suerte habremos aprendido algo”. Para luego continuar: “Ahora nos toca volver a casa y resetear”. Y lo traslado a lo que debe ser el sentir de jugadores y Pazo. Pienso que las rutas más arriscadas son el camino más recto hacia la cumbre. En ocasiones el único. Sigue faltando un triunfo y se trata, como bien decía Ibon Navarro en la previa a ganar la Copa del Rey: “La ilusión pueda más que otra cosa”.
