El baloncesto -para Pablo Laso- es un juego continuo en el que lo más importante suele ser la defensa porque el ataque va vinculado a lo que has hecho atrás”. Lo que debe ser “un equilibrio “entre la acción y la pasión” -sostiene, el ex-técnico del Real Madrid- inalcanzable para un COB entregado a un carrusel de precipitaciones, en el que deciden unos defectos groseros impropios de un equipo de LEB Oro. Donde no basta con la teoría: ¡hay que tener la práctica bien preparada!
Una LEB Oro donde es más notoria la aptitud ofensiva que lo puede ser la actitud defensiva. Esfuerzo, este último, como argumento táctico reservado a los equipos más limitados. El COB uno de ellos. ¡El que más, ahora! Exigencia que los ourensanos olvidan con excesiva prontitud, entregados a un carrusel imprudente de errores, falta de intensidad, concentración que le lleva a perder la guía una y otra vez. Y van.... Ya no es cuestión de instrucción, es el carácter, el estilo. Errores individuales, disfunciones colectivas que necesitan urgente solución. Ahí está Guillermo Arenas, palabra y gestualidad tranquila, en una supuesta reflexión: “No se si me explico o no me entienden”.
Algo no encaja o está lejos de expectativas cuando el vértigo de Willians, en su rol, no crea ventaja, si no descontrol; ¿Se conocía a Paciukevicius? jugaba en Coruña. ¿Se dan las condiciones para que Pilepic, Gjuroski, Ventura, ahora Manijgafic, que no es un center, ni debe entender el partido como una cuestión personal, pero tiene mano, puedan lanzar con ventaja? Willett , fuerza, aceleración, pero sin espacio o en lugar equivocado -le cuesta leer el juego ¿quizá podría ser 4?-, aquí añadimos a Aboubacar, por “sistema” pierden trascendencia. Se exige presente presente a un Chapero de futuro -¿está bien rodeado?- Cuando no encuentras tú sitio estas obligado a desafiar la realidad para crear una nueva.
