Opinión

Y en estas llegó...

Óscar Miguel Alvarado (Gran Canaria/1991) para cambiar las cosas. No es que el base del Valladolid sea un excelso tirador, aunque si lo dejan... (2/2 en triples, 2/3 en tiros de 2 y 2/2 en tiros libres) lo que no está nada mal. Pero, sobre todo, ningún balón perdido y cuatro asistencias. Vamos, lo que se le pide a un director de juego, que sea capaz de imponer el ritmo de juego más conveniente para su equipo. Y así lo hizo. Donde antes todo eran prisas, a conveniencia del Río Ourense Termal, pasó a ser quietud (cinco por cinco), lo que interesaba al Valladolid, que, de manera paulatina, no solo logró recuperar las sensaciones en el juego, si no también el dominio en el marcador con mayor o menor holgura. Siempre sosegado y con buen tino. El que marcaba su base, Óscar Alvarado. Uno más de la prolífica cantera del colegio Claret de Las Palmas. Lo que viene siendo para el baloncesto canario lo que es el Instituto Ramiro de Maeztu para Estudiantes.

Pero no es el Valladolid el que pueda interesarnos, si no un Río Ourense Termal, que no logra despegar. Incluso puede entenderse esta nueva derrota (y van seis) como un paso atrás, tras las buenas sensaciones mostradas ante el Coruña, no solo por los errores "no forzados", a partir del segundo cuarto, si no, también por los signos de abatimiento mostrados con el devenir del partido. Nada interesa más al conjunto ourensano que el juego "sin pausa". Aquel que permite sorprender al rival en su balance defensivo. Lo que exige técnica y condición física. Siendo difícil el equilibrio, la responsabilidad termina por recaer en aquellos jugadores más dotados y que más participan del juego. Ahonen el que más; Johnson, por físico y no tanto por lucidez; Manzano, por experiencia y Trist, con el consiguiente desgaste e influencia en la toma de decisiones. Decisión y disposición táctica de sobra conocida por los rivales del Río Ourense Termal -para eso está el scouting- e intentan contrarrestar y evitar con sus planteamientos. Bien es cierto que, de momento, nada es definitivo y hay tiempo y conocimientos sobrados por parte de quien corresponde para enmendar la plana. ¿Reforzarse? Posiblemente.

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