Opinión

Ya han pasado 30 años

En mi confinamiento, nostálgico, recuerdo, (octubre de 1988), un largo y complicado viaje, atravesar el Padornelo y la Canda, la A-52 ni se había empezado, hasta Madrid para ver a los Celtics del gran Larry Bird, junto con Kevin McHale y Robert Parish uno de los mejores frontcourt de la historia de la NBA, Jhonson, Ainge... en las rotaciones Brian Shaw, Paxson, Reggie Lewis, Rivas... ¡y Gerald Paddio!, que pasados los años, temporada 95/96, sería jugador del COB. La posibilidad de ver esas figuras que conocíamos por la televisión fue una experiencia increíble. "Fue como jugar contra el póster que tenías en la habitación" dijo el jugador del Real Madrid, Fernando Romay, rival en la gran final. Así era. No hace tanto tiempo que para sentir de cerca la magia de esos grandes equipos teníamos que hacer ese tipo de viajes.

Recuerdo otro a La Alcarria. Cuando Alcalá de Henares fue "tomada" por cientos de ourensanos. Ese primer ascenso -temporada 89/90- del Club Ourense Baloncesto a Liga la ACB. Recuerdo ese COB espectacular, y de esto ya han pasado 30 años, que no entendía lo que era "acojonarse" y que llegado el fin de semana todo el mundo te decía: ¡bueno... esta noche a ver el COB! Recuerdo que Ourense ha podido sentirse protagonista, a la altura de otras ciudades más próximas a los focos mediáticos. A un paso de casa estaba la oportunidad de ver a los mejores equipos europeos de basket. Ese es el gran éxito del COB: haber llegado hasta ahí. Ser un histórico del baloncesto español. 

Un sitio entre los mejores que aspira a recuperar -"cuando un boxeador es noqueado no significa que haya quedado sin sentido o incluso incapacitado; significa, más poéticamente, que ha sido sacado del tiempo" (Carol Oates)-. 

Y es ahora, cuando nos encontramos en situaciones excepcionales, con dudas sobre cual puede ser el final de la presente temporada, cuando se ven actuaciones impostadas de rivales que jugaban a importantes, cuando el conjunto ourensano, liquidadas sus cargas con Hacienda y Seguridad Social, puede mostrar su dimensión de mayor normalidad. Saneado en lo económico -éxito en la severidad presupuestaria de Camilo Álvarez y su Consejo de Administración- y una afición recuperada, para nada parece preocupar al COB más solvente de los últimos años, cual puede ser el final de la Liga.

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