Opinión

¿Es eso lo que queremos?

Dos meses sin ver el sol, ni un triste bar donde echarse un pincho a la boca. La vida en Londres no es como parece, no es solo ver a un colega que dice que trabaja en la City o a darse un garbeo en Camden Town, no es solo luz, color y alegría. Allí, ganar 800 libras y estar en un barrio a 1 hora del centro es buscarse las habichuelas para tomar algo el weekend con las vueltas que te quedan del abono del metro.

Al salir del cuchitril, la alternativa, si queríais evitar el rush del metro  era pasearte por la calle cool del barrio. ¿La oferta? El Betfair de la esquina, el William Hill, –al lado del PFC, pollo frito en vena 24 horas–; y, a la puerta de casa, un Ladbrokes y un PaddyPower, derecha e izquierda, cada cual con una oferta más atractiva para introducirte en el mundo de galgos, córners y partidos de segunda de Camerún.

No había otra. Me invitaron y gané.  1.000 euros. Chelsea 1-Atlético 3. Sufrido pero entró. Dinero contante y sonante. La juerga fue dadivosa. La vida sonreía, pero seguía sin haber pinchos de tortilla ni bares, llegó el Mundial y volvió la liga de segunda de Camerún. Regresé, pobre. Que no te engañen. Más bares, más risas y menos duros a dos pesetas. En 2018, Reino Unido batió el número de ludópatas hospitalizados que no podían pagarse un consulta privada ¿Queremos esto?

Te puede interesar