Opinión

Rebelión municipal

El Gobierno de España va de récord en récord. Para desgracia de los españoles, hizo caso omiso de las múltiples alertas que llegaban sobre la pandemia sanitaria. No compró material a tiempo, ni tomó el mando de la organización de hospitales, ni de las residencias de mayores. Las consecuencias ya las sabemos: una tasa de mortalidad insoportable (una de las peores del mundo), y más personal sanitario infectado que nadie.

Su medida estrella, una vez que había fallado en lo anterior, fue confinar a los españoles e "hibernar la economía". Como consecuencia de ello, la gestión económica nos ha conducido al número uno del ranking de países en caída del PIB y a superar en tasa de paro a nuestros socios europeos. Recesión, paro y sectores ahogados, algunos como el turístico y sus derivadas, claramente en depresión.

Ya casi 20 países, de una forma u otra, han puesto a España en el punto de mira, lo que se transformará en pérdidas millonarias que de ninguna manera podrán ser compensadas, ni de lejos, con el turismo nacional. Tampoco el comercio da un respiro y ya las cifras avanzan que el consumo está por los suelos.

Somos el país de la OCDE con menos renta disponible en los hogares, se ha pedido dinero a Europa para poder pagar los ERTE y quizá haya que prorrogarlos más allá de septiembre. La caja está vacía y eso que no se han pagado ni el complemento por hijo, ni lo prometido a las empleadas de hogar y que lo que se ha hecho ha sido tarde y mal.

Ahora, los brotes por toda España ya nos sitúan de nuevo a la cabeza de todos los países. De nuevo, la falta de previsión, la dejadez con la que el Gobierno se está comportando, no augura nada bueno para lo que queda de verano y veremos el otoño.

Lo que sí ha conseguido este Gobierno es enfadar a los empresarios, a la oposición e incluso ahora a sus socios a cuenta del reparto a los ayuntamientos de 5.000 millones y tras la decisión de "expoliarles" sus superávits en las cuentas y que suman más de 14.000 millones. Un dinero que "promete" devolver allá por 2037. Un incendio que le va a costar apagar, al poner de acuerdo como digo a alcaldes de todos los colores.

El Gobierno del diálogo y la transparencia, una vez más, demuestra lo contrario. Se ve que está más cómodo en el lío, en embarrar el campo, a pesar de que no tiene controlada la crisis sanitaria y tampoco la económica y que, en teoría, busca acuerdos para sacar adelante los Presupuestos para 2021. Eso sí, el presidente del Gobierno está de vacaciones.

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