Opinión

El estado de la Nación

Durante este martes y miércoles tendrá lugar en el Congreso de los Diputados el "debate sobre el estado de la Nación".

Un debate que junto al de los Presupuestos constituye una de las dos citas parlamentarias teóricamente más importantes del año. En esta ocasión llega cuando se acaba de traspasar el ecuador de la legislatura y se encara lo que queda de ella con tres citas con las urnas: el próximo mes de mayo tendrán lugar las europeas; en junio del 2015 las municipales y autonómicas y en otoño de ese mismo año, las generales.

Ese panorama electoral es el que con toda seguridad marcarán las intervenciones tanto del presidente del Gobierno como del líder de la oposición. Rajoy, como le gusta presumir, es bastante previsible, por lo que no es arriesgado aventurar que su intervención estará muy centrada en la economía. Por un lado, sacará pecho y presumirá que gracias a su buen hacer no ha sido necesario pedir a la Unión Europea el rescate de España, algo que es verdad que muchos le solicitaban nada mas llegar, en noviembre de 2011, a la Moncloa. Y por otro, intentará presentar, con prudencia, un panorama alentador, subrayando los datos económicos que hacen pensar que lo peor de la crisis ya ha pasado. El único problema que tiene Rajoy para que ese discurso sea creíble es que los ciudadanos no notan todavía en sus bolsillos esa supuesta mejoría.

En cuanto a Rubalcaba, aunque muchos en su partido le dan por muerto, el interesado no se descarta para seguir siendo el líder del PSOE y volver a repetir como candidato en las próximas elecciones generales. Para ello, aparte de necesitar ganar las elecciones europeas de mayo, necesita aprovechar al máximo y ganar estos "cuerpo a cuerpo" con Rajoy para demostrar que sigue vivo. Para lograrlo, Rubalcaba abrirá el abanico de temas a tratar en el debate, y con toda seguridad intentará golpear en el hígado del presidente del Gobierno con cuestiones como la inmigración y los últimos sucesos en Ceuta y Melilla, o con la reforma de la ley del aborto aprobada recientemente por el ejecutivo.

Más allá del previsible rifi-rafe Rajoy-Rubalcaba, lo cierto es que el "estado de la Nación" no es precisamente muy saludable. Los nacionalistas catalanes de CIU y ERC han puesto ya fecha a su desafío independentista. El supuesto final de ETA está provocando espectáculos tan humillantes como el último "numerito" de los autodenominados "verificadores internacionales". De eso también convendría que el Presidente del Gobierno y el líder de la oposición debatieran y aclararan sus posturas que en algunos aspectos son algo más que confusas.

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