Opinión

¿Ha tenido Rajoy un lapsus?

Basta una frase, a veces una sola palabra o un simple gesto, para que las especulaciones surgan a borbotones. Esto es lo que ha ocurrido cuando en la cena de Navidad del PP se le ocurrió animar a los suyos a ganar las próximas elecciones. ¿Estará ya el presidente pensando en ellas? ¿Ha sido un aviso a sus adversarios o ha sido una explosión de entusiasmo en una noche distendida?.

Quienes de verdad saben de qué va esta historia, la de las elecciones, aseguran que Rajoy en lo que de verdad está es en sacar adelante las cuentas públicas, preservar las reformas que a su juicio han permitido que España salga del agujero negro en el que se la encontró y en cumplir, en la medida de lo posible, los compromisos con Europa. No es que al Gobierno, en su conjunto, no le importe un eventual pacto de Estado por la Educación, que en ello está Méndez de Vigo, y mucho menos que no le preocupe el asunto catalán, que para ello ha dado poderes absolutos a Soraya Sáenz de Santamaría.

Dicho esto, es verdad que el PP quiere tener resueltos todos sus congresos para el mes de mayo que es cuando -y no antes- se podrían convocar nuevos comicios. Y quieren que esto sea así porque son bien conscientes de su posición en el Congreso. Con 137 escaños y por mucho que se apele al diálogo, por mucha disposición que existe a ceder algunas posiciones, el hecho cierto es que el Gobierno de Rajoy es un Gobierno en clara minoría, con la única ventaja, eso sí, de que enfrente tiene a una oposición que hasta el momento es la representación clara de una profunda división, cuando no de claras incompatibilidades. Sin embargo, esta realidad, la de la oposición, a la hora de la verdad no es garantía de nada.

"Nadie sabe que puede ocurrir de aquí a unos meses. No podemos pensar ni actuar como si tuviéramos mayoría absoluta. En términos parlamentarios, el Gobierno tiene los pies de barro y todo va a depender de las prisas ajenas para ir o no a nuevas elecciones. Sería suicida no poner el partido al día", afirman en Génova. "Pero no, nadie piensa en elecciones", añaden.

En este contexto nuevamente es necesario mirar al PSOE, que quizás para el mes de mayo ya haya celebrado el ansiado congreso. De momento, los socialistas necesitan tiempo y eso bien lo sabe Rajoy que mantiene frecuente y directa comunicación con Javier Fernández quien, a su vez, está lidiando como puede la auténtica amenaza del PSOE que no es tanto su división, que ahí está siempre presente, como su jibarización. 

Da igual que las palabras de Rajoy hayan sido un lapsus o un mensaje en toda regla. Hasta mayo no es necesario que se encienda alarma alguna y será a partir de entonces y según la deriva que adopte el PSOE y el tiempo que el partido que salga del Congreso necesite para recuperar el aire perdido, cuando haya que poner atención, mucha atención. A partir de entonces, los lapsus dejarán de serlos.

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