Opinión

¡Quién lo iba a decir!

Quién nos iba a decir hace apenas año y medio que este viernes se cumple el primer aniversario de la invasion de Ucrania por parte de Putin. Una guerra injusta y cruel que está dejando regueros de muertos y sufrimiento. Las imágenes de niños y ancianos resistiendo en ciudades asoladas nos encoge el corazón. Ha sido en estas circunstancias tan dolorosas cuando hemos conocido a Zelenski, un cómico que tiendo a pensar que nunca jamás imaginó que la vida le iba a colocar en donde ahora está.

Quién nos iba a decir que ese cómico, casi desconocido para todos nosotros, se iba a convertir en un líder, un líder auténtico, valiente, que con su presencia y sus discursos está ayudando a que su país y sus ciudadanos resistan como auténticos héroes.

Quién nos iba a decir que Pablo Casado acabara como acabó y que un año después comiera mano a mano con su sucesor, Alberto Núñez Feijoo. Quién nos iba decir que aquellos que estaban alejados, muy alejados de Sánchez, hoy formen parte de su núcleo duro. Quién nos iba a decir que los acampados en la Puerta del Sol hoy estén en el Gobierno, quién nos iba a decir....

La vida de todos nosotros está sujeta a lo imprevisto, a la sorpresa e incluso a lo sorprendente, pero nada más sorprendente, más imprevisible que la política. La última sorpresa, de momento y solo de momento, no es tanto la ocurrencia de Vox de presentar una moción de censura que está derrotada antes de su presentación, como el hecho de que un hombre como Ramón Tamames se presente a esta pirueta política en mi opinión irresponsable y ridícula.

Es todo un poco kafkiano. Se presenta por Vox Ramón Tamames, cuya biografía es bien conocida y reconocida, pero en su discurso no va a abordar ninguno de los temas que forman parte de la identidad del partido que le avala.

Es patético, tan patético que cada vez se entiende mejor que desde el PP no se oculten las resistencias, cuando no rechazo, a acuerdo alguno con el partido de Abascal que además pretenderá, después de las elecciones y si los números cuadran, entrar en los eventuales gobiernos que pudiera tener el PP.

Lo irreflexivo, lo absurdo, el afán gratuito de hacerse con algún titular no son buenos compañeros de viaje para un partido como Vox que aspira a influir en la sociedad y a ser posible desde algunos gobiernos. Para espectáculos ya tenemos bastante con el sectarismo, la soberbia y el afán de notoriedad de Podemos. Vox está cayendo en lo mismo y en algún momento debería entender que así no se hace política en serio. Que así no es un socio en absoluto deseable y que así a quien da un triunfo es precisamente a quien dice combatir, que es al Gobierno de Sánchez. En todo caso, hay que añadir que ese seguro triunfo del Gobierno en la moción de censura no va a provocar un vuelco definitivo en las encuestas. Será un triunfo efímero, pero triunfo.

Esa mujer de Estado que es Mertxe Aizpurua ha dicho algo en lo que tiene razón. Ha vaticinado que lo queda de legislatura puede dar para mucho. Se refería a sorpresas.

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