Opinión

Cualidades que no sospechas en los más cercanos

Después de un animado parlamento a cafés con Andrea Méndez y su hermano Javier en la que ella por entusiasta y desbordante por la resaca de unas carnestolendas en la que tan participativa como sus hermanas Bety y Ana, me saludo con Secundino Lorenzo, profesor que fue de Instituto, del que ni de lejos sospechaba que un experto en galaicos ríos donde ha hecho exhaustivas descripciones de su fauna, flora y gea en un blog. Uno no cree que amigos o conocidos con los que te encuentras puedan sorprenderte con unos conocimientos tan amplios, cuando no debería ser así, si la cercanía no restase méritos. Nos liamos entre sierras y ríos y si no reclamase la hora del plato aun estaríamos intercambiando impresiones.

Y como la calle lugar de encuentro y de cambio de pareceres se hace escenario único, como la cocina en las casas, salidos de las cuales por metidos en cafés o salones, a veces el parlamento se deshace y pierde fluidez. Así que nos encontramos, la consorte y yo con dos amigos en supermercado, pero sería al salir cuando trabamos tal intercambio de más que opiniones, información y entretenimiento, que la cosa podría pasar de la hora, al sumarse a Antonio, Maricarmen y Jorge. Maricarmen, como alta empleada de Correos, vivió como de la Ceca a La Meca, ya en el país Vasco en plena efervescencia etarra, ya en Santiago, y aun en más sitios de donde mucho que contar tendría si tiempo para ello hubiere, como su consorte Antonio Mangana, que conocería los más diversos empleos de su curso laboral. A Antonio se le recuerda en el Cine-salón Airiños y en la sala de fiestas Auria, como vocalista del grupo Columbia, que ahora se llamaría cantante, y en alguna orquesta más como esos grupos de los rememorados hermanos Cudeiro, alma máter de la Orquesta Continental y de otras más. Mangana desde Dragados a la TVG ha pasado por algunos empleos, más que oficios intermedios, en una trashumancia que increíble parece que tanta movilidad laboral illo tempore. Hoy podrás encontrar a Antonio aún ligado con esos músicos que improvisan en cualquier lugar ya entre amigos o en cualquier local y a su aire, como Daniel Bouzo, Celso Gómez el Puas, Paquiño Villalonga o de Lobios, Carlos Basalo, Curro Outeiriño y otro largo elenco que exhaustivo nombrar; sí a la cita se nos uniría por acaso Jorge Cid, tan recordado atleta y más como recaudador de impuestos en la alaricana comarca. De sus tiempos de cuando habitual en las pistas de ceniza del estadio do Couto lanzando peso o corriendo los 100 y 200 metros lisos donde seleccionado para el combinado gallego con Prada, Guerra y no recuerdo si otros, para los campeonatos de sector. Coincidí con Jorge en el estadio coruñés de Riazor, en el Hispánico de León y en el Estadio de la Juventud de Oviedo. No recuerdo los resultados pero si los fracasos míos, en parte debidos el empeño de un entrenador de hacerme respirar en las carreras solamente por la nariz; de este modo las carreras de media distancia para mí nunca concluían reventado por solo dejar entrar el aire por las nasales fosas, como repetía machaconamente el susodicho entrenador. Así acabaría mi efímero paso por el atletismo, debido en parte también a mi falta de sometimiento a una disciplina atlética.

Jorge evoca aquellos tiempos cuando con su vecino Arturo Vázquez, de la Gafa de Oro, que además corría en bicicleta, salían a correr por las calles a las 7 de la mañana y eran más increpados que jaleados por aquellos camioneros un tanto pasotas con un: ¡Estades tolos! Hacía un frío que pelaba, dice Jorge, y en estas condiciones nos dábamos una ducha de agua fría porque otra no había en el estadio do Couto. También hablamos del Frente de Juventudes, brazo deportivo de Falange, que canalizaba todo el deporte oficial desde sus oficinas y gimnasio de Parque de San Lázaro; también Jorge recuerda a un tal Rodra, un como jefe de intendencia, que iba en todos los viajes a modo de utilero portando el material, o al masajista Roque, llegado a ese oficio desde el de carpintero reparador de las vallas del Couto. Aún más habría, porque amigos éstos muy expresivos y que siempre cuentan cosas a las que prestas toda tu atención con deleite mientras otros, de tan insustanciales, acaparadores, sabelotodo, que de nada se sorprenden, martirizarán tus oídos, o nada se interesaran por lo que les digas porque en permanente desconexión con el otro, pensando, cuando en algún silencio, en su propia bola. En fin, una plaga evitandi digna. Estas gentes debieran haber pasado por las aulas de un magister plagosus, de esos maestros que utilizaban la regla para azotar o palmear a sus alumnos...Pero ni aun así, creo.

En estas estaba cuando recibo la llamada de Antonio Cuña para recordarme, como todos los años hace, que es el día de mi santo, un detalle del que tan olvidadizo, que si él no me lo recordase, se me pasaría. Hay que agradecer a amigos así, que más te agradan por una recordación de tu nombre que por felicitarte por un cumpleaños del que muchos escapar quieren y otros alardean. Cuña, impenitente practicante del tenis, después de algunos campeonatos gallegos de más de 70, por cierto exitosos, se va cada año a los Nacionales y éste, allá por mayo, a los Mundiales en Palma de Mallorca con Lerenda, otro entusiasta del tenis, recuperado, y que en su día, afamado por sus globos, llegaría a ser requerido por el presidente de A Tobeira, en Playa América, para medir la altura a la que iría el techo de una pista cubierta; tan ajustados eran sus globos. Cuña-Lerenda, también en dobles,  acompañados de Javi Méndez, un a modo de manager, irán con la esperanza de sacar algo.

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