Opinión

Cumpliendo con la llamada al palmeo

OURENSE (RÚA XOAN XXIII). 03/04/2020. OURENSE. Aplauso de las vecinas y vecinos a los sanitarios. FOTO: ÓSCAR PINAL
photo_camera OURENSE (RÚA XOAN XXIII). 03/04/2020. OURENSE. Aplauso de las vecinas y vecinos a los sanitarios. FOTO: ÓSCAR PINAL

La llamada al palmeo desde las ventanas se cumple escrupulosamente, me dicen que hasta en aldeas remotas a punto de abandono o más bien de ser deshabitadas, mientras me aplico al pedaleo en una bici estática que sin uso en décadas porque yo amigo de pedaleo al aire libre, pero en tiempos de confinamiento hay que echar mano de los recursos caseros, mientras alguno de mi entorno se resistía a comprar una bici estática vía e.mail, cuando aún se podía, y ahora vaga de pasillo en habitación a golpe de cronómetro para hacer unos cuantos kilómetros en los que hay que hacer acopio de ánimo para no desfallecer, mientras los wasap están que echan humo.

Desde mi balcón suenan los aplausos, acaso la cuarta parte de las viviendas que se ven habitadas; en los otros tres cuartos, muchas deshabitadas, y las menos porque sus moradores perezosos o poco participativos ya sea por imperativos de la edad o por otros. Y  en muchas observaciones me percaté de la enorme cantidad de pisos deshabitado que hay en la ciudad, pero ahora la evidencia es mayor. Si cogéis Curros Enríquez hacia abajo, no más de la mitad de los edificios, vacíos, aunque podrían estar habitados. Un despilfarro de esta sociedad del capitalismo neoliberal que seguiría construyendo a destajo en esa paradoja de hacer obra nueva cuando hay de sobra tanta antigua por muchísimos años. De aquí la escasez de grúas en la ciudad, si acaso una en o Polvorín en una ilusión que puede verse frustrada de reconstruir un edificio para emplear su plantas en diversos restaurantes.

OURENSE (RÚA XOAN XXIII). 03/04/2020. OURENSE. Aplauso de las vecinas y vecinos a los sanitarios. FOTO: ÓSCAR PINAL

Los aplausos que se pensaban dirigir a las 20 horas, quisieron adelantarse a las 18 dedicados a nuestros pequeños enjaulados…pero nadie se apercibió. Esos pequeños que con su bullicio en horas de salida escolar tan gratos de oir y no los potenciales quejidos de los adultos. Los niños, nuestros pequeños, sufren un encierro que no comprenden, mientras los adultos lo palían llevando a su perrito o perrazo, haciendo la compra o jugando al despiste. Aplaudamos a los niños, muchos de los que no tienen razonamiento para comprender esta ausencia de luz, de sol y también, si la hubiere, de lluvia. Esto va por ellos, por los que nunca me leerán y esperamos ver fuera de un  confinamiento.

De ayer a hoy una diferencia: más gente, mascarilla en ristre, mientras en un supermercado vecino se quejan su cajeras de que un muchacho entra y sale cada poco tiempo en un alarde de mini compra  para zamparse lo que sea, aunque fuese una cerveza que trasiega en la calle; como les da pavor tanta repetición y cercanía del imprudente acabarían por llamar a la policía que desalojó al incordiante al que solo faltaba hiciese terraza en el asiento de la parada del bus, que si, por indicios,  empezaba a hacer. A este paso terminaría arramplando con algunas sillas creando una terraza anticrisis en la que él camarero yendo y viniendo al súper por refrescos o patatillas fritas. Una competencia a todas luces desleal.

mtp7212Por la mañana, trabajadores del servicio de limpieza del Concello felicitaron, con sus camiones, el cumpleaños a Beltrán, vecino de Portocarreiro.  

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