Opinión

La defensa de las abejas soldado

Me voy una mañana octubrina a un colmenar de O Ribeiro, de un amigo, que de tanta experiencia en la materia y en todo lo que del medio natural aprende, aporta muchos conocimientos sobre el avispón asiático. Por ello en una detención ante sus colmenas anda el hombre con un ganapán cazando velutinas que más que por docenas va eliminando. 

Me hace la observación, que compruebo, como las velutinas que vienen a intervalos andan revoloteando en las entradas de las colmenas, que él ha reducido para que los avispones no se lleven a las abejas soldado. Están lanzándose los avispones sobre cualquier abeja que se aventure a salir o a entrar, pero ahora mismo con las abejas enfermas que la colonia echa fuera de la colmena, se abalanzan sobre ellas, las transportan a un posadero, las descabezan y seccionan también el abdomen llevándose el tórax. 

Las velutinas merodean continuamente a la caza de cualquier abeja que salga de la colmena o se asome. Algunas veces se atacan entre sí, no por la competencia, sino porque provienen de otros nidos, y allí prima el derecho, no de la más fuerte, sino de la que considera suyo el territorio a saquear.  


En defensa propia


Este amigo puso miel, aun más potenciada en aromas, al exterior para inducir a las abejas a que saliesen y libasen; por docenas lo hicieron y salieron de la pasividad las abejas soldado, que empezaron a atacar en rapidísimas pasadas, como cazas en combate, a las velutinas que debieron darse a la huida. Están reaccionando como se dijo las abejas que han pasado al ataque. 

Si no predasen nuestros colmenares las velutinas serían consideradas como sanitarios de la Naturaleza, a tenor de los desperdicios y carroña que eliminan.

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