Opinión

Una Raia no tan seca: del Penedo dos Tres Reis a Covide

Montañera, señalando la frontera en los Penedos de Anamâo, a 1.200 metros.
photo_camera Montañera, señalando la frontera en los Penedos de Anamâo, a 1.200 metros.

En una provincia con tantos ríos, regatos, arroyos y corgos, no se puede llamar Raia seca a esa línea que nos separa de Portugal, en esa serie de mis crónicas viarias, impublicadas todavía, a través de la frontera, que es la más larga y la más alta de todas las provincias que con Portugal limitan más de 200 kilómetros y 1.500 m. de altitud. Me detuve con un par de amigos poco más abajo de Arzádegos, luego de hacer varias etapas desde el comienzo de la frontera en el Penedo dos Tres Reis, allá por tierras de Mezquita-Manzalvos. Pensaba concluir en Covide el viaje, casi todo realizado a través de sus fronteros marcos, pero, por pisados el resto de los tramos, di por concluido el viaje por el vinícola valle del Támega. A partir de esta planicie, la Raia se eleva y alcanza la cota de 1.400 y hasta 1.500 metros de altitud. Por ser terreno más que conocido este del Larouco y Xurés-Gerês con otras sierras menores, como dije, ya no continuamos.

La Raia no es tan seca como se la llama. Será porque más tramos sin esos accidentes orográficos que son los ríos de los que unos cuantos fronterizos, que ya comenzando por el este, con el río Tuela y el Mente, que son divisorios, sobre todo, el último en ciertos tramos, poco antes de la cascada da Cidadela o de Sigerei, y más adelante, por más de un kilómetro, el Fonte Fría y el regato dos Palleiros, con el río Pequeño, cerca de Feces, que hace frontera también en más de un kilómetro. Después, el Támega más abajo, desde Entreaugas a Vilarinho da Raia, cerca de Feces, que es cuando la frontera comienza a elevarse, aunque todavía se humedece por los ríos Azoreira y el Porto do Rei o Búbal. Más adelante, otro regatillo entre Vilar de Perdices, el llamado Ribeiro do Inferno, por metido en el fondo de angosto valle, también acuosa frontera, cuando empieza a hacerse más montaraz en las proximidades de a serra do Larouco. Y entre esta y el Pisco, el llamado Couto Misto, que se vende muy bien como república independiente, cuando por documentos se comprueba que más dependencia del Concello de Montalegre y de que era, más bien territorio luso, pues cedimos a cambio de su recuperación, varias aldeas en las cercanías del Támega: Cambedo, Soutelinho y Lamadarcos. 

El río Salas hace la que podría parecernos una frontera acuosa, pero no; se hace más bravía al cabalgar por los crestones del Xurés-Gerês y sigue haciéndolo por los de a serra de Santa Eufemia hasta que hallamos al río Laboreiro o de Várzea, formando la más encajonada frontera entre las sierras do Quinxo y la de A Peneda, poco más abajo de A Ameixoeira hasta sobrepasadas las aldeas de Varzea y Olelas. 

Otro, en este caso riachuelo, lo forma no en su totalidad desde sus nacientes en Portelinha, Portugal, hasta desembocar en el Miño, en Pontebarxas-Frieira, el río Trancoso, que está derivando en Troncoso, por ese vallecito estrecho donde podemos encontrar caseríos indiferenciados que pueden estar a uno y otro lado. Aldeas como Alcobaça, (no confundir con el famoso monasterio donde enterrada Inés de Castro y su amante Pedro, rey de Portugal), Azoreira, Fulâo o A da Velha, podrían estar en cualquiera de las dos partes, o Cela o Pousafoles. Más abajo de Pontebarxas, la frontera ourensana se muere en el Miño, en Covide, al lado de la presa de Frieira.

Muchas jornadas se precisan para caminar por estos lindes, posibilidad en casi todos sus tramos, porque otros, de tan vegetados, hacían imposible el tránsito. Varios tipos de vegetación en estos límites donde se contrabandeó con todo tipo de géneros, incluso semovientes: vacuno, caballar y algo de caprino.

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