Se acerca el momento de la huelga general que los sindicatos han convocado el 29 de septiembre contra el recorte de derechos de los trabajadores de Zapatero, y es lógico que traten de meterle presión a la olla. Entre lo cerca que aun estaremos del desenganche veraniego de 'la política' y la insidiosa convicción que nos ha inoculado esta crisis de que quien tenga un trabajo al que volver en septiembre es un 'privilegiado', el entusiasmo que despierta esta huelga en la calle yo diría que es más que descriptible. No verse solos ese día implica currarse la movilización, y para eso los sindicatos tienen que elevar el tono de la crítica. Pero, aun así, tras hechas todas estas salvedades, debo decir que me ha sorprendido la crudeza de las declaraciones del líder de CC.OO. sobre las dos medidas estrella que ha adoptado este verano Zapatero.
En la reforma laboral, Toxo acusa al Gobierno de 'maquillar los datos del paro' por rebajar de 100 a 30 días el plazo durante el que los parados pueden rechazar un empleo o un curso del Inem y seguir cobrando el paro, en la 'yenka' del dinero para la construcción de infraestructuras -ahora no, ahora si- de decidir qué obras se salvan y cuáles no en función solo y exclusivamente de las expectativas electorales socialistas. Incluso a la hora de formular acusaciones tan duras para cualquier político, se puede dejar un portillo a la duda de las buenas intenciones o cerrar todos a cal y canto, y Toxo ha elegido lo último. No insinúa que el recorte de ida y vuelta de las obras públicas pueda tener algún sesgo electorero, lo afirma, y por si no había quedado lo bastante claro las sitúa en el tradicional granero de votos del PSOE, Andalucía; habría que ver lo que dicen las encuestas andaluzas para entender que allí vaya a ir el 25 por ciento de las obras milagrosamente rescatadas de la quema por el Ministerio de Fomento, dice el secretario general de CCOO sin cortarse un pelo.
Es una formulación retórica, esas encuestas ya se conocen, y lo que dicen es que en las próximas elecciones el PSOE podría perder la 'primogenitura' andaluza. ¿Servirá para algo tal alarde obrerista, moverá a alguien que no lo tuviese ya decidido a hacer esa huelga, 'colará'...? Mi impresión es que no.
En la vida hay que ser coherente, y el problema de credibilidad del secretario general de CC.OO. y de los sindicatos para darle estopa ahora a Zapatero salta a la vista. No, no hemos soñado que, hasta hace cuatro días, Toxo y CC.OO. le han estado bailando a Zapatero el agua de los caprichos electoreros que nos han metido en este pozo, del bracete de Méndez y los compañeros socialistas de UGT.
