Opinión

¿ZAPATERO COMO AZNAR?

Kuwait, Bosnia, Iraq, Afganistán... y ahora Libia: otra vez los políticos jugando con el lenguaje para adecuar la realidad a lo políticamente aceptable y correcto. Otra vez la batalla de la propaganda. Los militares que estos días vuelven a aparecer en la prensa, en la radio y en la televisión para despejar dudas y miedos coinciden en que técnicamente hablando el ataque a Libia no es una guerra sino una acción de imposición coactiva de la paz por razones exclusivamente humanitarias tasadas en el Derecho internacional, el objetivo del mandato de la ONU, recuerdan, no es derrocar a Gadafi sino evitar recurriendo a la fuerza necesaria que siga masacrando a la población civil rebelde


Lo que ocurre es que en democracia los militares son gente a la orden del gobierno, afortunadamente porque cuando es al revés no hay democracia, y su misión 'pedagógica' en el reparto de papeles de las 'no guerras' modernas es transmitir y darle la mayor credibilidad posible al mensaje (político, por supuesto) que quiere mandar el gobierno, ahora Zapatero como Aznar en Iraq: España no está en guerra, es el mensaje. Aunque suena como una guerra, con sus bombas, misiles, ruinas y víctimas colaterales, y nosotros hemos mandado allí barcos y aviones, lo de Libia no es una guerra. Como no lo fue Iraq, donde, ya que estamos habría que concluir que estuvimos incluso menos 'en guerra' que ahora pues nuestra contribución al despliegue de la ofensiva fueron las bases y un barco hospital.


¿Zapatero como Aznar?, se oye en el ambiente. Para mí, no y sí. En la legitimidad de origen del ataque desde luego que no, a Iraq fuimos 'con los pies en la mesa', sin permiso de la ONU, o sea, saltándonos la ley, y en Libia hemos esperado a tenerlo no solo nosotros sino toda la comunidad internacional. Es la lección del desastre sin paliativos de Iraq. Se podrá alegar que a fuerza de exquisitos hemos llegado tarde en Libia, o casi, y que si nos descuidamos un poco más nos podíamos haber ahorrado el esfuerzo pues ya no quedaría gente que proteger del tirano. Pero las consecuencias de echar a correr por las bravas en Iraq todavía están a la vista. Respetar la ley parece lo mínimo que se les puede pedir a los dirigentes del mundo, por principio; es más, yo diría que es lo único que habría que dejar siempre fuera de dudas cuando la ONU tiene que decidir si se arma o no una coalición internacional para 'agredir', con todas las comillas que queramos, a un país. En lo que, en mi opinión, Zapatero calca como una gota de agua a otra a Aznar es en el recurso a los eufemismos para asustar lo menos posible a los ciudadanos. ¿O es a los votantes a quienes se trata, en definitiva, de no asustar, gobierne quien gobierne, maquillando cuanto haga falta las palabras, kilos y kilos y pintura... hasta que 'guerra' suene a 'paz'?

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