Opinión

Feijóo, póngale un AVE a Esperanza

Esperanza Cortiñas (Ourense, 1916) tiene 104 años y me llama muy de vez en cuando para ver cómo estoy. Aunque siempre hay alguna intención detrás. Es una pícara. Yo tengo 28 y me cago viva cada vez que suena ese 988 (vive con su hija). Siempre espero una noticia fatal. Son 104 tacos. Respiro cuando es su voz al otro lado. Esperanza es solo una historia más de esta ciudad, una mujer a la que hice algún reportaje porque es centenaria. Aquí se hace así. Somos la provincia con una de las tasas de centenarios más altas de Europa. ¿Cómo no va a ser noticia que esta mujer tenga un siglo? ¿Qué hay en la cabeza de una persona con cien años a la espalda? ¿Cuánta memoria? ¿Cuántas vivencias? Es Historia, con mayúscula, hecha persona. En Japón le llaman ikigai, algo así como la “razón de vivir” que encuentran los habitantes de Ogimi, la aldea con más centenarios del planeta. El caso aquí es que después de esos artículos en el periódico, la mujer me llama. No se siente nunca sola. No lo hace por eso. Me pregunta si yo lo estoy. Y después de la cortesía, va al ataque…

-Niña, tú que tienes contactos, tienes que decirle al presidente de la Xunta de Galicia que me ponga un AVE a Alicante. Por eso te llamaba.

Tiene allí familia y confía en la Alta Velocidad. Esa fue la penúltima petición de esta relación esporádica que hemos establecido a través del teléfono. La anterior sugerencia que me hizo la sigue teniendo en vilo.

-Tienes que mirarme cuando abre el Fogar do Pensionista y las actividades. ¿Cuándo voy a poder ir a bailar? Esto ya no puede ser.

La última vez que la vi fue antes de la pandemia, rúa Juan XXIII abajo, con los 104 bastante escondidos. Ni por asomo aparenta un siglo bajo ese cabello tan bien peinado y el carmín siempre en los labios. Y los andares de reina. Probablemente venía de allí, del Fogar do Pensionista de la rúa Concejo. Allí nos conocimos y me contó que bailaba con un señor de 80 años incapaz de seguirle el ritmo. También que le habían hecho una entrevista para un libro sobre centenarios y que se llevó el chasco al ver que en la publicación había más gente. Pensó que el libro era solo ella. 

Estos días hemos debatido sobre la vacuna. Ella es Cortiñas y el proceso para mayores de 80 empieza en la H. El abecedario tiene que dar la vuelta, pero no le preocupa. “Me da igual, la pandemia si te da pues te da”. Esta vez no me pidió nada. La llamé yo pensando que era su cumpleaños, pero no. Fue el pasado mes de diciembre. Así que Esperanza, felicidades atrasadas por esos 104 inviernos. Que la vida te dé, como mínimo, un AVE a Alicante. 

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