Opinión

Antes de que sea tarde

Nos están volviendo locos. Aunque causa menos muertes y desciende el número de infectados, por desgracia el covid-19 sigue haciendo estragos. El proceso de vacunación todavía va muy despacio y todos los expertos coinciden en que hay que mantener las medidas diseñadas para alejar las ocasiones de contagio con restricciones a la movilidad, limitación de aforos y reducciones de horarios.

La trágica experiencia del último año -más de ochenta mil muertos y tres millones de infectados- indica que cualquier actividad colectiva anula o pone en riesgo las medidas de prevención. En esa idea, celebrar una manifestación supondría poner en peligro de contagio a quienes en ella participan. Por eso se disputan a puerta cerrada los encuentros de fútbol, han sido suspendidas las procesiones de Semana Santa, las fallas en Valencia y los Sanfermines en Pamplona.

Ante semejante panorama cuesta entender por qué desde el Ministerio de Igualdad que dirige la señora Irene Montero se anima a celebrar manifestaciones el próximo 8 de marzo (Día Internacional de la Mujer) desoyendo la recomendación de la ministra de Sanidad, la señora Carolina Darias.

El grado de irresponsabilidad que delata la titular de Igualdad solo se puede achacar a la ofuscación que provoca el sectarismo ideológico en el que se hallan embarcados los dirigentes del partido Podemos. Convocar manifestaciones a sabiendas de que toda aglomeración multiplica el riesgo de contagio del virus es un acto contrario al interés de los ciudadanos. Pone en peligro la salud de quienes vayan a participar en las concentraciones y, potencialmente, a todos aquellos con quienes posteriormente se relacionen. Es una temeridad que roza lo delictivo.

Hay que recordar que sigue vigente el estado de alarma -hasta el 9 de mayo- y en razón de ese marco legal lo suyo sería que antes de que sea demasiado tarde, el presidente del Gobierno tome cartas en el asunto desautorizando a la ministra de Igualdad. Si no lo hace será difícil convencer al personal para que respete las normas y restricciones dictadas para hacer frente a la pandemia. Y cada uno podría hacer lo que le venga en gana.

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