Opinión

La batalla por Madrid

El PSOE lleva 25 años fuera del gobierno de la Comunidad de Madrid y no se ha recuperado de la pérdida. Hay indicios de que con la anuencia de Pedro Sánchez algunos dirigentes tantean a Ciudadanos para que rompa la coalición con el PP que llevó a la presidencia de la CAM a Isabel Díaz Ayuso. Inés Arrimadas descarta esa maniobra pero resulta llamativo que tanto los portavoces de la Federación Socialista Madrileña como algunos medios periodísticos afines por contraste con Díaz Ayuso exalten la “moderación” del vicepresidente Ignacio Aguado, que pertenece a Ciudadanos y es la pieza fundamental del pacto que permite al centro derecha gobernar la comunidad.

Sólo Ángel Gabilondo, el líder de la oposición, ha dejado oír su voz para decir que en plena pandemia no es momento para pensar en mociones de censura. Puede que él no esté por la labor, pero, como digo, desde La Moncloa sí están decididos a mantener la presión sobre Madrid. El mal estilo con el que fue decretado el estado de alarma tras conocer que el Tribunal Superior de Justicia de Madrid había tumbado un decreto del ministro de Sanidad, es una prueba de una estrategia política que va más allá de la preocupación por la pandemia.

Pese a la precariedad parlamentaria del Gobierno de coalición que preside Pedro Sánchez, que le obliga antes de dar cualquier paso a pactar con los socios de la investidura, la división de la oposición (PP, Vox, CS) le permite una navegación a resguardo de sorpresas en el plano nacional.

Pero en el mar hay más navegantes. En la España de las autonomías reside mucho poder. Y si ese poder como sucede en la actualidad está en manos de partidos de la oposición se generan contrapesos necesarios para el imprescindible equilibrio de poderes. Hay autonomías como sería el caso de Galicia o Castilla y León gobernadas por el PP desde hace años cuyos gobernantes han practicado una estrategia que parecía fruto de una mirada interior hacia su comunidad, y no les ha ido mal porque han sido una y otra vez reelegidos.

Otras comunidades, sería el caso de Madrid, desde que accedió al gobierno Esperanza Aguirre optaron por una doble mirada -hacia dentro y hacia fuera-, en este caso hacia la política nacional. En tiempos de Zapatero, Aguirre, incluso más que Mariano Rajoy, actuaba de punta de lanza de la oposición contra el Gobierno socialista. En la actualidad, Madrid, con Miguel Ángel Rodríguez -que fue secretario de Estado con Aznar- como mentor, Isabel Díaz Ayuso parece haber heredado el testigo. Su enfrentamiento con Pedro Sánchez es tan voluntario como estudiado. Parece que ambos contendientes creen que políticamente el choque de trenes les favorece. De ahí lo ruidoso de la batalla por Madrid. Habría que preguntar qué opinan los ciudadanos de esta guerra que no mejora la lucha contra la pandemia.

Te puede interesar