Opinión

Cuanto peor, mejor

La irresponsabilidad y la arrogancia política de los dirigentes separatistas catalanes han resucitado el frentismo que padeció España en las postrimerías del franquismo. Juegan con fuego. A cuanto peor, mejor. Han hecho suya la vieja consigna leninista. Quizá por eso, en la estela del viejo topo, los secesionistas han encontrado un aliado en Podemos. Alfonso Guerra habla del termitero que procura socavar la Constitución. Un aliado al que reclaman como compañero de viaje en la insólita mesa de partidos que proponen y con la que pretenden orillar al Parlamento español, la sede de la soberanía nacional. Una institución clave del sistema democrático en la que no tienen mayoría.

Por eso buscan atajos aprovechándose de la patética ambición de poder del ciudadano Pedro Sánchez. Un rehén de quienes tras apoyar la moción de censura que le llevó a la Presidencia del Gobierno le convirtieron en la llave de sus maniobras políticas para alcanzar lo que en términos eufemísticos denominan la "desconexión de España".

La última de sus exigencias, aceptada por el Gobierno, es la figura del "relator". Un mediador. Era uno de los veintiún puntos del documento -en realidad el "trágala" de la hoja de ruta de los separatistas- que le entregó Quim Torra en el encuentro con Sánchez en La Moncloa. Una propuesta que de ser aceptada establecería paridad entre el Estado y una de sus partes.

El conocimiento por la opinión pública de semejante iniciativa se ha transformado en un clamor rayano en la indignación. PP, Ciudadanos y Vox han convocado una manifestación el domingo en Madrid. Tampoco ha dejado indiferente a la parroquia socialista. Felipe González en una grabación de vídeo que está arrasando en las redes sociales se ha sentido obligado a dejar constancia de su rechazo a la insólita cesión de Pedro Sánchez a los separatistas. Por no hablar, ya digo, de Alfonso Guerra quien aprovechó la presentación de su último libro para señalar la penosa deriva en la que se ha metido Sánchez.

No están solos en la reflexión. Algunos de los barones del PSOE secundan esta línea crítica. Unos a impulso de convicciones expresadas desde antiguo, caso de Guillermo Fernández Vara o de Emiliano García-Page. Otros, temerosos de que la errática política seguida por el presidente del Gobierno les pase factura en las elecciones autonómicas y municipales de mayo. Lo peor de la situación política creada es que los separatistas han conseguido emponzoñar el pozo de la política española aprovechándose de la ambición de un personaje que no se atreve a someterse al veredicto de las urnas.

Te puede interesar