Opinión

Una tensa legislatura

Era sabido que la moción de censura presentada por Vox contra Pedro Sánchez no podía prosperar, pero como hecho político marca el primer año de una legislatura que a la vista de la precariedad parlamentaria de la oposición se anuncia larga. Sánchez y sus socios de Podemos han encontrado su mejor aliado estratégico en la división de los partidos de derechas. Una división que aunque mantiene pactos en el ámbito autonómico -Andalucía, Madrid-, excluye por razones numéricas y por distanciamiento ideológico cualquier amago de acercamiento en el plano nacional.

Santiago Abascal que, aunque perdiendo la votación paradójicamente sale políticamente reforzado del envite que comportaba la moción de censura, seguirá a lo largo de la legislatura intentando disputar a Pablo Casado el liderazgo moral de la derecha. Detrás de la moción anidaba el escaparate mediático, la repercusión en los medios. En el caso del presentador de la moción, el diputado catalán Ignacio Garriga, la intención era darse a conocer en vísperas de las elecciones autonómicas que se celebrarán en Cataluña el próximo 14 de febrero.

El objetivo de Abascal va más lejos. Sabedor de que Sánchez apurará la legislatura hasta el último plazo, Vox aprovechará los equilibrios políticos a los que el PP está obligado por su trayectoria y actual posición en el Parlamento como segunda fuerza en número de diputados para llevar a cabo una oposición sin contemplaciones al Gobierno de coalición entre el PSOE y Podemos. Oposición "sin complejos" por decirlo en su jerga.

Mientras, Pablo Casado se siente obligado a marcar distancias y cultivar una cierta centralidad a la vista de que la trayectoria un tanto errática seguida por Ciudadanos podría estar dejando huérfanos por el camino. Potenciales votantes del PP en futuras elecciones.

El escenario en el ámbito conservador se parece a la fábula del sabio que comía hierbas y se lamentaba de su mala suerte hasta que se percató de que las hierbas que desechaba otro las iba recogiendo. En ese escenario Vox sale ganando porque recibe a los descontentos del PP -que son muchos- mientras que Pablo Casado solo puede aspirar a sumar a los votantes centristas desconcertados con el liderazgo de Inés Arrimadas en Ciudadanos .

El Gobierno aprovechará el fracaso de la moción de censura para estigmatizar a la oposición acusándola de catastrofista, metiendo al PP y a Vox en el mismo saco y sacando a pasear otra vez el fantasma del fascismo y la foto de Colón. En resumen: el desahogo de Abascal retroalimenta el proyecto personalista de Sánchez quien sí consigue aprobar los Presupuestos seguirá los próximos tres años en la Moncloa. Se avizora, pues, una larga y tensa legislatura.

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