Opinión

Casado desconcierta

Como no hay mejor sordo que el que no quiere oír habría que concluir que el presidente del PP, Pablo Casado, es el único que no se ha equivocado al plantear la campaña electoral que hizo ante las elecciones del 28-A y que ni tan siquiera se ha producido el viaje al centro que dijo que iba a hacer después de la debacle. A veces da la impresión que Pablo Casado no lee los periódicos o no entiende lo que le dicen los barones críticos. O niega a evidencia cuando dice no defenestrar a quien ha defenestrado. 

Escuchar a Casado es no salir del desconcierto porque sus declaraciones y sus análisis de lo que le ha ocurrido a sus partido son desconcertantes. Afirmar que él no se ha movido de las posiciones que siempre ha mantenido su partido es cierto, porque constituyen la esencia de su PP, pero hay muchas formas de expresarlas y de intentar llevarlas a la práctica. A no ser que la sombra de Aznar que sobrevuela en su acción política sea una percepción equivocada cuando es un hecho que encarna las posiciones del ala más derechizada del partido y un “trampantojo” que haya llamado a su predecesor para que le eche una mano en las elecciones del 26-M, porque ante sus errores manifiestos muchos de los votantes han comenzado a añorar la forma de hacer política de Mariano Rajoy. 

Del mismo modo pasa con las listas electorales pasadas y con las que ahora se juega recuperar poder territorial para el PP, con apuestas personales que resultaron ser un fiasco en las generales y que pueden serlo en las municipales y autonómicas con candidatos que fueron y son apuestas personales suyas desoyendo a los organismos territoriales e incluso al sentido común. Por no hablar de la purga de marianistas y sorayistas aunque ahora declare, con escasa memoria al parecer, que en su partido han tenido cabida todos los que han querido ir en las listas. 

Casado solo reconoce haber cometido un error, haber considerar que Ciudadanos y Vox tenían como enemigo al PSOE cuando se ha dado cuenta que iban a por su electorado. Por ese motivo en esta campaña interpela a Ciudadanos sobre todo acerca de cuáles son sus expectativas de pactar con el PSOE. Y si se equivocó hace un mes puede volver a equivocarse ahora porque, en efecto, las circunstancias no han cambiado y si pretende mantener gobiernos o arrebatar algunos a la izquierda será porque las tres derechas sumen dado que la posibilidad de mayorías absolutas no las prevé nadie y ni tan siquiera las obtuvo en 2015 y por eso fue desalojado de muchos ayuntamientos y gobiernos autonómicos.  

Y todo ello negando el giro al centro que es precisamente lo que le han aconsejado y cuando el PP, ampliando su base social, ha conseguido los mejores resultados, y tras asegurar que no dimitirá si los resultados -perder la comunidad de Madrid y la de Castilla y León- no le acompañan. Aunque hay sordos que no quieren oír siempre hay quien está dispuesto a hacerse escuchar.    

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