Opinión

Cuanto antes mejor

Cuando Ángel Hernández pregunta a su esposa, María José Carrasco, si realmente quiere suicidarse para poner fin a treinta años de sufrimiento como consecuencia de la enfermedad incurable que la aquejaba, esclerosis múltiple en fase terminal, la mujer responde: “Cuanto antes mejor”. Tras confesar que ayudó a su mujer a suicidarse, ser detenido por la policía y pasar a disposición judicial, fue puesto en libertad por el juez que instruye el caso.

La desesperación y la tranquilidad con la que la mujer y su esposo afrontan ese paso decisivo debe llamar a la reflexión de toda la ciudadanía para que se arbitren fórmulas que eviten que la asistencia al suicidio, la eutanasia, sea un acto personal dolorosísimo que además tiene sanción penal, en mayor o menor cuantía dependiendo de la sensibilidad del ministerio fiscal ante una situación, que la supuesta víctima vive como una liberación.

La coincidencia de la eutanasia de María José Carrasco con el inicio de la campaña electoral ha motivado que la decisión sobre legislar sobre la denominada muerte digna se haya colado en el debate público con mayor intensidad de la que suele ser habitual, por cuanto legislar sobre la eutanasia suele estar incorporado en los programas electorales de los partidos progresistas, aunque se trate de una promesa permanentemente incumplida o que se deja para el final de la legislatura con el convencimiento de que no saldrá adelante, de que seguirá siendo una asignatura pendiente. O se da el caso de que cuando es propuesta por partidos minoritarios, aquellos que pueden forzar su aprobación dilatan el proceso y presentan su alternativa con la consecuencia de que ninguna de ellas sea aprobada.En esta ocasión, y con el precedente dela legislatura que ahora acaba, con una propuesta de Podemos sobre la eutanasia y

otra de Ciudadanos que con su ambigüedad habitual parecía dispuesto a aprobar un proyecto de ley socialista vio como se aprobaba su ley de muerte digna, con reforzamiento de los cuidados paliativos en el Congreso y que se encontraba en tramitación en el Senado aunque decaerá por el fin de la legislatura.Una ley española sobre la

eutanasia llegará precedida de la experiencia acumulada en otros países que si la tienen regulada, y en la que estarían garantizados todos los mecanismos de supervisión médicos sociales y judiciales para que se preserven derechos y libertades delas personas que quieren poner fin a un sufrimiento insuperable. Supondrá también acabar con la hipocresía ante la muerte, porque los cuidados paliativos ya se sabe como acaban, si acaso un poco más tarde. En otros casos la eutanasia puede ser también cuestión de dinero para buscar soluciones fuera de nuestras fronteras. En cualquier caso se trata de evitar que proliferen casos como el de Ángel Hernández y María José Carrasco, dado que cada vez es más fácil el acceso a los productos químicos que pueden acabar con una vida sin infligir más sufrimiento en esos momentos finales.

Por supuesto que para el Partido Popular y para Vox, lo mismo que para la Iglesia Católica no existe un derecho a la muerte que se contrapone al derecho a la vida. Pero tampoco existe un derecho al sufrimiento innecesario. Cuanto antes se regule por ley la eutanasia, que no obligaría a nadie ni iría contra sus convicciones religiosas o morales, mejor. Palabra de María José Carrasco.

Te puede interesar