Opinión

El momento de lo público

Con distintas formulaciones a lo largo de su intervención en el pleno del Congreso celebrado para convalidar el real decreto por el que se declaraba el estado de alarma como consecuencia de la crisis del coronavirus, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, manifestó que se está ante el momento de lo público, en el de reforzar los cuatro pilares del Estado de bienestar para que la próxima vez que se necesite abordar una crisis como la pandemia que se sufre ahora se cuente con mayores recursos para hacerla frente.


Con recriminaciones que pueden considerarse de tono menor en comparación con la dureza con la que se emplean los portavoces políticos en el día a día de la política con minúsculas, todos los grupos parlamentarios mostraron su unidad con la acción del Gobierno, con las decisiones adoptadas para fomentar el confinamiento de los ciudadanos, con el respaldo a la actuación de los servicios sanitarios y sociales y los que mantienen la actividad del país. Una unanimidad que será difícil de volver a ver mientras dure la legislatura pero que demuestra que esa unidad es la única forma de superar la crisis en sintonía con la responsabilidad de la que dan muestra los ciudadanos que salen a las ventanas todas las tardes para reforzar esa sensación.


Los discursos “épicos” sobre la calidad del pueblo español, su capacidad de resiliencia, su deseo de salir todos juntos de esta situación, de su compromiso para hacer frente a unos días que no son fáciles y ante la certeza de que lo peor está aún por llegar, deben ser completados en el futuro con la fortaleza real de los servicios públicos para que se encuentren dotados adecuadamente y puestos al día, no solo para hacer frente a una nueva crisis de características similares sino para que la eficacia de la que se presume en el caso del sistema sanitario, reconocida internacionalmente, no se encuentre con las dificultades a las que tiene que hacer frente con la pandemia, y para lo que se elaborará un Libro Blanco sobre el sector. La modernización del sistema educativo y acabar con el déficit recurrente del sistema de la dependencia deben ser otros de los objetivos del plan de reconstrucción social y económico que ha de ponerse en marcha cuando acabe la epidemia, y por supuesto mantener el empleo que como le gustaba decir a Mariano Rajoy es la mejor forma de protección social.


El enfrentamiento no llegó a más porque no era el momento, pero a Pablo Casado no le pareció que fuera la ocasión para “confrontar lo público con lo privado” ante la insistencia del jefe del Ejecutivo de que es preciso contar con más Estado de bienestar basado en un sistema fiscal justo. El recuerdo de Pedro Sánchez de los pactos de La Moncloa, el acuerdo entre todos los partidos como fórmula para lograr el relanzamiento económico, es un ejemplo adecuado cuando la salida de la crisis económica y social provocada por el coronavirus necesitará de un acuerdo básico si la intención es que nadie se quede atrás y se realice un reparto equitativo de las cargas, que quien recibió ayudas en la anterior crisis económica realice un ejercicio de solidaridad ahora que se les requiere.
La demostración de unidad de todos los partidos políticos es al menos un alivio para quienes consideran que esa es también una profilaxis para que el coronavirus no se enseñoree del país.

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