Opinión

Evolución favorable

Tras los primeros días después de su intervención, las noticias relacionadas con la operación a la que fue sometido el rey emérito, Juan Carlos I, el pasado sábado, han sido relegadas a las páginas interiores, una vez comprobada que su evolución es favorable, después de la cirugía en la que le implantaron tres bypass. La operación quirúrgica le fue realizada para evitar posibles complicaciones futuras relacionadas con posibles enfermedades cardiovasculares.

El éxito de la intervención, certificado por el equipo médico dirigido por el doctor Alberto Forteza Gil, jefe del Servicio de Cirugía Cardíaca del Hospital Universitario Quirón Salud Madrid –privado y en el que fue operado-, y jefe de Cirugía Cardiovascular del Hospital Puerta de Hierro -público- que lidera el equipo que más trasplantes de corazón realiza en España, y celebrado por su esposa, la reina doña Sofía y los actuales reyes Don Felipe y Doña Letizia tras sus visitas a la UCI donde permaneció ingresado, es otro motivo más que lleva tranquilidad sobre su estado de salud.

La operación del rey emérito a corazón abierto, una intervención que se practica de forma habitual en los hospitales, ha tenido lugar poco más de cinco años después de su abdicación de la Corona en Felipe VI, una transición desarrollada con una normalidad institucional absoluta que demostró que los mecanismos constitucionales previstos funcionaron a la perfección, gracias entre otros motivos, a la actitud del expresidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y del exsecretario general del PSOE, el fallecido Alfredo Pérez Rubalcaba, que con discreción y buen criterio llevaron a cabo la delicada operación sucesoria, junto a todo el equipo de la Casa del Rey que prepararon el relevo.

El paso del tiempo y la sucesión de acontecimientos vividos a lo largo de este lustro han demostrado lo acertado de aquella decisión, en la que Felipe VI ha tenido que navegar en aguas procelosas porque ni los políticos que han dirigido los principales partidos nacionales se lo han puesto fácil, más pendientes de sus problemas e interese partidistas que de los intereses generales, con sucesivas disoluciones de las Cortes, encargos de investiduras denegadas o fracasadas, mociones de censura triunfantes y la inestabilidad política que ha seguido a esas situaciones inéditas, además del desafío independentista catalán con el punto de inflexión de su discurso del 3-O de 2017 , que se ha considerado su 23-F particular.

Fuera de la primera línea política, la salud del rey emérito ha dejado de ser una cuestión de Estado como lo era cada vez que se sometía a las revisiones médicas periódicas o cuando sufrió algunos de los percances más graves de salud mientras se encontraba al frente de la institución monárquica, una de las cuáles, la rotura de cadera mientras se encontraba de caería en Botswana cuando se vivía uno de los momentos más duros de la crisis económica, se encuentra en el origen del proceso que condujo a su abdicación de la Corona.

Como en cualquier familia, la operación de uno de sus miembros es motivo de reunión de sus allegados. Las visitas que reciba, salvo la de su hija la infanta Cristina, cuyo marido Iñaki Urdangarín, sigue preso en la cárcel abulense de Brieva, pasarán a ocupar más tiempo en la crónica social que en la crónica política, aunque reciba a los principales líderes políticos.

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