Opinión

Generales en Vox

La irrupción de Vox en el panorama político español demuestra que además de un franquismo sociológico que se ha combatido desde la muerte del dictador sustentado en la Constitución de 1978 existe un franquismo real que se encontraba camuflado hasta que ha dado la cara por múltiples factores nacionales e internacionales, al calor del resurgimiento de la ultraderecha. Los nostálgicos del antiguo régimen son más de los previsibles y el franquismo se extiende entre quienes ni vivieron aquella época ni lucharon contra él. 

En muchas ocasiones se ha afirmado que los jóvenes españoles no conocían ya ni quién había sido Francisco Franco o cuáles habían sido los fundamentos ideológicos de su régimen, porque no han conocido otro sistema político que el democrático que les garantiza derechos y libertades.

Simultáneamente, y más desde el golpe de Estado del 23-F que vacunó al país de tantas veleidades, los poderes públicos se han esforzado con éxito en democratizar y profesionalizar las instituciones que tienen autorizado el uso de la fuerza bajo control político. Si muchas de ellas se encuentran entre las más valoradas por los españoles ha sido porque han mantenido la neutralidad exigida constitucionalmente, y las que, en las pocas ocasiones en que ha ocurrido se han saltado las normas han sido sancionados de manera inmediata.

Sin embargo, el fichaje por Vox de, por ahora, cuatro generales que se encuentran en la reserva, fuera ya de cualquier mando y que por tanto han recuperado todos los derechos cívicos que tenían limitados por el ejercicio de la milicia -algunos de los cuales se significaron no solo en contra de la exhumación de Franco sino que justificaron su golpe de Estado-, demuestra que el franquismo también está latente entre los miembros de las Fuerzas Armadas (FAS), que han encontrado en este partido el cauce para la expresión de sus ideas políticas.

Parece que estos militares –no se puede decir lo mismo de los que están incorporados a otros partidos- han olvidado una parte del artículo 8 de la Constitución que dice que las FAS “tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional”, porque para Vox la Constitución solo tiene dos artículos, los que hablan de la unidad de España y de la monarquía, mientras que el resto de la Carta Magna parece que no existe para ellos y están dispuestos a prohibir partidos e ideas, Los exgenerales de Vox han debido olvidar con mucha rapidez su compromiso con la defensa de derechos y libertades de todos los ciudadanos y se han enrolado en un partido sobre el que crecen las sospechas de corrupción acerca de su financiación, desde el origen iraní de los primeros fondos con los que contó, a la réplica de comportamientos presuntamente corruptos que le han constado mucho prestigio al PP. Eso sin poner en cuestión, en la mayor parte de los casos, que durante el ejercicio activo de su profesión, cumplieron a satisfacción bajo el mando de gobiernos socialistas. 

Por supuesto que los generales retirados que se han enrolado en Vox están en su derecho para hacerlo, Pero han introducido un factor de inquietud en muchos ciudadanos que han comprobado como el franquismo subyace en las FAS, lo que desde hace décadas no se había percibido con tanta claridad.

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