Opinión

Maniobras por la izquierda

El secretario general del PSOE ha pedido a Podemos que piense más en apoyar un gobierno del cambio que en trabajar por buscar coaliciones con Izquierda Unida. Lo dijo en el día en que las bases del partido de Pablo Iglesias iniciaban un referéndum cuyo resultado no ofrece dudas en torno a sus preferencias sobre la formación de un gobierno y sabiendo que, a menos que ocurra algo muy inesperado, la celebración de nuevas elecciones es la posibilidad más plausible en estos momentos.

Ante esta circunstancia comienzan a producirse movimientos en la izquierda,  o mejor dicho, dentro de las dos principales formaciones situadas a la izquierda del PSOE que en las elecciones del 20D acudieron por separado y que sumados sus votos hubieran podido superar a los socialistas –la distancia entre el PSOE y Podemos fue de 300.000 votos, e IU sacó casi un millón-, pero la estrategia de la diferenciación impuesta por el partido de Pablo Iglesias y el ánimo de medir sus fuerzas electorales impidió el acuerdo.

En ambos partidos, sin embargo, hay partidarios y detractores de una posible coalición entre ambos. Y de haberla será en las condiciones que imponga Izquierda Unida de tal forma que se acabe con la incongruencia que suponía que Podemos y algunas de las organizaciones regionales de IU concurrieran juntos en determinados lugares, con resultados electorales muy sobresalientes, y no se alcanzara un acuerdo global porque Podemos no quería que en la candidatura aparecieran las siglas de IU.

Dentro de la organización que dirige Alberto Garzón también hay quienes no están dispuestos a echar por la borda un trabajo de años, dejar en la estacada a unos cuadros bien preparados y fieles que han estado a las duras -muchas- y las maduras -muy pocas- y que no están dispuestos a dejarse fagocitar por los recién llegados que, sin embargo, si han conseguido lo que pretendían los fundadores de IU, constituir un movimiento sociopolítico capaz de aunar a un sinfín de organizaciones en un objetivo común. De ahí el interés de Anguita en que se produzca la coalición entre ambos, de su confianza en la sinergia de la coalición para conseguir lo que él no pudo alcanzar, el ‘sorpasso’ a los socialistas y convertir al PSOE en el PASOK.

Si ahora se produjera el entendimiento entre Podemos e IU habría quedado de manifiesto el error estratégico que cometió Pablo Iglesias ante el 20-D, aunque entre sus dirigentes sigue habiendo un importante sector que prefiere concurrir nuevamente a las urnas por separado.  La implantación de IU en algunos territorios, su capacidad política y la formación de sus cuadros temen que se convierta en un motivo de fricciones internas o de luchas intestinas en las que los militantes de IU están muy bregados. Pero el acuerdo  serviría a Podemos para remontar la caída que pronostican las encuestas por sus errores tácticos en estos últimos meses.  

Ante la hipótesis de una coalición entre las formaciones de Iglesias y Garzón es lógica la preocupación del PSOE que no solo podría ver peligrar la primogenitura en el campo de la izquierda, y porque daría lugar a una campaña electoral con un nuevo escenario mucho más polarizado entre conservadores y progresistas y a una campaña del miedo más intensa.

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