Opinión

Perder por goleada

Como estaba dictado por la justicia europea, la constitución del Parlamento Europeo no ha contado con la presencia del expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ni del exconsejero Toni Comín huidos de la justicia española, ni tampoco de Oriol Junqueras consecuencia de su participación en el intento de secesión de Cataluña. Sin embargo el independentismo catalán ha sido protagonista de esa sesión de apertura, porque varios eurodiputados han enarbolado carteles con la fotografía de Puigddemont y uno de ellos, del Sinn Feinn,  ha pedido al presidente de la Eurocámara, Antonio Tajani, que se pronunciara sobre esas ausencias y ha obtenido la callada por respuesta.

Fuera del edificio varios miles de personas se manifestaban a favor de los presos catalanes -a la que no asistieron Puigdemont y Comín defraudando las expectativas que habían generado, ante la posibilidad de ser detenidos en territorio francés- y asistían a un mitin con varios oradores de organizaciones independentistas entre los que se encontraba la presidenta de la ANC, Elisenda Paluzíe, quien ha afirmado que "la batalla la jugaremos. Algunas las ganaremos y otras las perderemos. La batalla la tenemos que ganar en Catalunya como el 1-O. La independencia nos la ganaremos nosotros, no nos la regalará nadie". Por lo pronto la UE no parece dispuesta a facilitarla y en su intento de que la justicia europea les conceda algún triunfo, van perdiendo por goleada.

El independentismo, que tantas esperanzas tiene puestas en los tribunales europeos, acumula ya una sucesión de derrotas judiciales de envergadura de distintos tribunales, como el archivo de la demanda contra la anulación del pleno de la DUI que el tribunal de Estrasburgo consideró necesaria para la seguridad pública, el rechazó a la demanda de la expresidenta del Parlament, Carme Forcadell contra su prisión preventiva o, más reciente, la decisión del Tribunal General de la UE de negar que Puigdemont y Comín puedieran acceder a su escaño al considerar que tenían que haber acudido recoger su acta ante la Junta Electoral Central y acatar la Constitución, momento en el que habrían sido detenidos. Por el momento, en cuanto a su relación con la justicia europea, el independentismo va de derrota en derrota.

Además hay otro frente  que ha decidido abrir el propio Tribunal Supremo al elevar una cuestión prejudicial ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) sobre la denegación del permiso penitenciario a Oriol Junqueras para formalizar los trámites como eurodiputado que tiene derivadas sobre su inmunidad parlamentaria, en contra de la opinión de la Fiscalía y de la Abogacía del Estado. Independencia de criterio se llama esa figura.

Y por si fuera poco el Gobierno está decidido a seguir su ofensiva contra la internacionalización de la cuestión catalana con el recurso ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña para que se proceda al cierre de tres de las “embajadas” reabiertas por el Govern catalán en Londres, Ginebra y Berlín, porque las relaciones internacionales son competencia exclusiva del Gobierno. Si ERC pedía un gesto de distensión para abstenerse en la sesión de investidura de Pedro Sánchez se ha encontrado con un torpedo contra uno de sus instrumentos más queridos, sus embajadas.

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