Opinión

Aragonès chafa a Sánchez y le dice que el procès sigue vivo

Al presidente de Cataluña Pere Aragonès,le ha faltado tiempo para chafar una parte esencial del discurso triunfalista de su buena gestión sobre Cataluña al doctor Pedro Sánchez, quien no se ha cansado de repetir que el procès ha concluido y que ahora las cosas están mucho mejor, camino de la plena normalidad. Pues parece ser que la otra parte contratante no piensa de acuerdo. El honorable presidente de la Generalit ha aprovechado el marco de la 27 cumbre hispano-francesa para decirle discretamente a Sánchez que de eso nada. Y de paso, tras el recibimiento al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y al presidente francés, Emmanuel Macron, ha abandonado la reunión en evidente gesto de descortesía sobre su significado, si bien esperó por lo menos a que sonaran los himnos nacionales de ambos países.

Cabe recordar que para justificar la reforma del Código Penal a la medida de rebajar o anular las responsabilidades de los hasta ayer sediciosos del procès, incluidos los indultos, Sánchez y sus portavoces insisten en que su política ha encauzado el llamado conflicto catalán y de paso se culpa del mismo al PP una grosera manipulación de los hechos, pues afirman que mientras el PSOE se ha entendido con Cataluña, al PP le convocaron dos referendos (por lo visto se convocaron contra este partido y no contra el Estado) y que las medidas adoptadas por el Gobierno supusieron, “la judicialización del conflicto”, al tiempo que se olvida que el PSOE apoyo la aplicación del 155 y que incluso Sánchez, haciendo suyo el lenguaje del indepentismo y sus ahora consocios, calificara los hechos de “rebelión” o se manifestara contra los indultos. Hay que anotar bien las palabras de Aragonès, tras desmontar el optimismo de Sánchez. Anoten: “La cumbre se ha utilizado para imponer la percepción de que el conflicto entre el Estado y Cataluña no existe”. Y de paso, mientras Aragonès estaba en la cumbre, aunque solo para saludar, Oriol Junqueras, presidente de ERC, se sumaba en la vanguardia de protesta independentista en Barcelona contra la reunión hispano francesa; si bien tuvo que abandonarla al ser recriminado por otros asistentes que hasta lo llamaron “traidor”. Y mientras eso sucedía, Aragonès aprovechaba la ocasión para comparecer ante los medios y afirmar que Cataluña quiere ser un socio europeo, o sea, una nación más.

Vamos a ver, ante esta coz por dónde sale ahora o con qué sale al paso el doctor Sánchez y sus portavoces que cada día proclaman lo contrario de lo que afirman sus consocios de Cataluña, para quienes todo esto no es más que una fase del proceso, en el que hasta presumen de que, frente a lo que Sánchez decía, le han ido imponiendo los indultos y la reforma a la carta del Código Penal. Pero era solo un capítulo de la hoja de ruta, bien trazada. Faltan la amnistía que anule todos los efectos del procès y las causas pendientes, sobre todo por los hechos violentos protagonizados por las masas desatadas, y el referéndum, sin que ni una sola vez que los dirigentes catalanes dejen de referirse a ambas cosas con pertinaz insistencia y hasta cierto recochineo, al recordarle a Sánchez que del mismo modo que decía no a otras de sus reclamaciones, el no acabó en sí. Y como suele decirse, la estadística les es favorable. Y la estadística, en este caso, es reflejo de la realidad.

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