Opinión

Marruecos incluye Ceuta, Melilla y el Sáhara en el mapa oficial

Decía Churchill que un político debe tener “perspectiva”; es decir, calibrar el alcance futuro de sus actos o gestos presentes. Y toda su vida fue un buen ejemplo de ello. No parece que esa cualidad figure entre las que adornan al doctor Pedro Sánchez que, como decía el mismo Churchill “es ave de vuelo corto”. Cuando el presidente del Gobierno español traiciona la responsabilidad moral del Estado español con el Sáhara y se pasa por el forro el propio programa electoral de su partido, con el que se presentó a los españoles, estaba olvidando que Ceuta y Melilla son otra reivindicación permanente de Marruecos y que va en el mismo lote que el Sahara, como repetidamente recuerdan los gobernantes marroquíes y hace nada invocaba el propio ministro de Exteriores del reino alauita Nasser Bourita. Cualquiera que consulte la web oficial de la Embajada de Marruecos en España puede comprobar que el mapa oficial del país incluye Ceuta, Melilla y el Sahara como parte del país. ¿De dónde saca el Albares y el Sánchez de que tenemos la garantía de que en la medida que España ceda no irán a por ellas?

No es la primera vez que el actual presidente de Gobierno, aparte de la carta al sátrapa marroquí, se baja los pantalones. En julio de 2020, abortó el previsto viaje de los reyes Felipe Letizia a las ciudades de Ceuta y Melilla para no molestar a Rabat. Cabe recordar que el rey Juan Carlos tardó 32 años en visitar las dos ciudades autónomas. Lo hizo en 2007, y ello dio lugar a una protesta de Marruecos y la llamada a consultas de su embajador en España, como acto previo a la ruptura de relaciones.

Hay un antecedente más que preocupante. El 4 de mayo de 2017, los españoles nos enteramos –y la noticia fue revelada por la agencia Europa Press, nada sospechosa de veleidades- de que, en 1979, el rey Juan Carlos admitió que se podría ceder Melilla a Marruecos y convertir Ceuta en una ciudad internacional, gracias a la publicación de información desclasificada de los Estados Unidos. El ahora rey honorífico admitió esa salida durante un encuentro que mantuvo en el Palacio de la Zarzuela con el senador de EEUU Ed Muskie, enviado personalmente por el presidente de EEUU, Jimmy Carter, a una gira por Europa para discutir de manera confidencial con los líderes de la región los principales desafíos comunes que afrontaban en aquella época Europa y EEUU. Hasta la fecha, ni la Casa Real ni otra fuente oficial, ha desmentido esta noticia. Juan Carlos reconoció que la cesión causaría malestar en el Ejército, pero estaba seguro que el asunto sería fácilmente controlable por él y que en menos de dos meses el asunto dejaría de ser un problema. No pasaba lo mismo con Ceuta, de modo que la salida podría dotar a la ciudad sería un estatuto similar al que tuvo Tánger entre 1923 y 1956, cuya administración la ejerció una comisión de varios países europeos. Nadie podrá aludir a que Marruecos no avisa: Tras aquel lejano episodio de la isla Perejil, los ensayos dejaron de serlo. No sólo por el acuerdo de su parlamento de avanzar en la ocupación y explotación del mar territorial que pertenece a España, en las Islas Canarias, según las normas internacionales, su capacidad para movilizar a miles de sus ciudadanos para ocupar las dos plazas españolas, o el establecimiento de granjas marinas en aguas cercanas a las posesiones españolas en el mar de Alborán. 

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