Opinión

Risco decía ser el “podólogo” de Conde Corbal cuando ponía sus pies de foto en La Región

Autorretrato de Conde Corbal y una fotografía de 1995.
photo_camera Autorretrato de Conde Corbal y una fotografía de 1995.

Presumía Pepe Conde Corbal de que don Vicente Risco decía de sí mismo que era “su podólogo”, por cuanto era el encargado de poner los pies en prensa a las fotos de los grabados y pinturas en La Región de aquel genial pontevedrés, cuyo centenario acabamos de celebrar. Se lo he escuchado contar cientos de veces. Siempre recordaré que también presumía de que su obra estaba lista para ser contemplada en los más diversos espacios. Conde Corbal no solo le gustaba exponer en exposiciones formales, sino que gran parte de la misma se halla en todo tipo de folletos, separatas y colecciones, pero también le gustaba verla colgada en bares y tabernas. Viendo su obra, a uno se le encienden gratos recuerdos y se felicita de haberlo tratado y conocido de cerca. Fue un privilegio.

Mi relación con Pepe Conde Corbal se desarrolló en tres secuencias en el espacio: primero, en Ourense, en primeros tiempos en la radio; luego, la más extensa, durante su periodo de residencia en Vigo y, por último, su tiempo en Vilagarcía, que coincide con su participación de un histórico libro, escrito por el periodista lucense Daniel Hortas, con ilustraciones suyas sobre el periodista vigués Benedicto Conde “Bene”, el hombre que regalaba sacos de sueños, como ahora contaré. Ese libro es ahora una joya. Una de las curiosas historias que veo que no se han citado se refiere al sentido del humor de nuestro querido artista y su relación con Risco. Conocí a Conde Corbal en “La Voz del Miño”, cuando no me acuerdo bien, en qué proyecto colaboraba sobre temas culturales, al que nos invitaron a sumarnos los que entonces formábamos las vanguardias del teatro juvenil ourensano. Eran tiempos en que nuestro él vivía el Parque de San Lázaro, por lo que frecuentaba las cafeterías de la zona. Pero mi más prolongada relación con él fue a partir de 1972 durante su estancia en Vigo. Vivía en una vivienda anexa a lo que fuera la fábrica del gas, en la calle Torrecedeira, pero nuestro punto de encuentro intelectual era la cercana taberna “Roucos”, famosa por sus cocidos y por ser un foro permanente de personajes del mundo cultural vigués. El Roucos todavía existe sin grandes cambios y sigue dispendiados sus mismas especialidades. Conde Corbal, divertido y retranqueiro, bromeaba mucho con la hija del dueño, que era una encantadora rapaza. Como él era muy amigo del periodista Gerardo González Martín, redactor-jefe de aquella emisora de Radio Popular de Vigo, de la que yo era redactor, Conde Corbal venía mucho por allí.

En aquel tiempo, recuerdo no pocos viajes juntos a actos culturales y otras actividades por la provincia de Pontevedra. Juntos fuimos a entrevistar a Adolfo Marsillach, cuando estaba rodando, en plena y fría noche en “A Lanzada”, la película “Flor de Santidad”, sobre la que Conde Corbal pensaba hacer una serie de dibujos. La película, basada en la obra de Valle Inclán, fue censurada por el franquismo. No sé si nunca llegó a estrenarse, Fuimos allá en una unidad móvil de Radio Popular, conocida popularmente, como el submarino amarillo. Aquel encuentro con Conde Corbal y Adolfo Marsillach nunca lo olvidaré ¡Qué singular noche!

La tercera etapa de mi relación con Pepe Conde Corbal se desarrolló en 1994-1995, cuando con Daniel Hortas hicieron el libro titulado “Con el viejo Bene en la isla”. Está dedicado a un singular personaje, un viejo periodista que empezara su vida laboral de chófer de gente de dinero y acabó de redactor de Faro de Vigo. Cada año Santo hacía el Camino de Santiago sin recurso alguno, al estilo de tiempos pasados, pidiendo posada por donde pasaba y se la daban. Era tan singular que cuando soñaba, escribía sus sueños en folios, los metía en un saco y regalaba a sus amigos “sacos de sueños”. Tuve el privilegio en Vilagarcía de Arousa de estar presente en la reunión entre Daniel Hortas y Conde Corbal en que decidieron cómo sería la parte del libro que debería elaborar este. Las ilustraciones, todas y una a una, son una joya. Conde Corbal estuvo presente cuando lo presentamos en la Asociación de la Prensa de Vigo, de la que yo era entonces presidente. Aunque la obra, en su parte, es un gran homenaje al mundo marinero, pesquero, al Berbés y a la ciudad de Vigo aparecen otros dibujos notables, incluidos Cunqueiro y Castroviejo, además del propio “Bene” o Celso Emilio Ferreiro y otros personajes. Repasando este libro, recuerdo que aparte del dominio de la técnica, captaba con cuatro trazos lo que es la historia y el presente de esta ciudad que tanto le gustaba.

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