Opinión

Sin sanidad a partir de los 70

Hay que morirse rápido y cerca de casa”. Lo dice Alejandro Nieto, abogado, maestro irreverente, gran catedrático de Derecho Administrativo, expresidente del CSIC, escritor, Premio Nacional de Ensayo y uno de los pocos sabios de verdad que tenemos en España. A sus 90 años sigue practicando la misma política de siempre: decir lo que piensa que, en la mayor parte de los casos, no gusta a los que ejercen el poder. En la parcela que sea. Siempre heterodoxo, ahora dice que tiene la solución para evitar el “estorbo de los viejos”. “Si a partir de los setenta años se suprime la asistencia médica, en cinco años está todo solucionado. Pero con una condición, que no tenga efecto retroactivo”.

Creo que no hace falta ser tan expeditivo, aunque a más de un político ya se le había ocurrido eso, y no en broma como a Nieto, sino absolutamente en serio. Ahora, en la pandemia y después de ella, hemos descubierto que tenemos un problema con la sanidad y que o lo afrontamos en serio, o lo que propone Alejandro Nieto no va a ser a los 70 años, sino mucho antes. Nuestro sistema de salud es muy bueno porque tenemos, seguramente, los mejores médicos y enfermeros de Europa. Por eso se los rifan fuera. Más de diez años de formación -seis de carrera, un exigente examen MIR y cuatro o cinco más de práctica hospitalaria-.

Pero nos faltan médicos y los que hay viven instalados en la precariedad, en la interinidad, con condiciones de trabajo no siempre dignas, guardias y turnos duros... Sufrieron contagios porque no tenían los medios mínimos para protegerse, pero trabajaron incansablemente y siguen ahí. La demanda es cada vez mayor, pero no parece que ni la Administración Central ni las autonómicas hayan aprendido nada de lo que pasó. Ahora en Madrid hay huelga -con guerra de cifras, como siempre- por unas oposiciones que, al parecer, no garantizan la estabilidad de los interinos, aunque siguen las negociaciones. No es un problema solo de Madrid, es de toda España.

Necesitamos buenos profesionales para garantizar la salud, que es el bien más importante que tenemos. Necesitamos una buena atención primaria para no colapsar los hospitales. Necesitamos especialistas en cuidados paliativos, en salud mental, en prevención...

Los políticos deberían saber que con la sanidad no se puede jugar ni puede ser un arma para hacer daño al contrario. El Ministerio de Sanidad acaba de hacer públicas las listas de espera en todas las comunidades autónomas. Un total de 706.749 personas esperaban en diciembre de 2021 a ser operadas en la sanidad pública, el peor dato desde 2003. La espera media para entrar en un quirófano es de algo más de 120 días y un 20 por ciento de los pacientes esperan más de seis meses. Y si se trata de acceder a un especialista, los plazos han crecido desde la pandemia.

Pero ¿saben ustedes cuáles son las comunidades cuyas listas de espera son mayores? Extremadura y Cantabria, con 23 ciudadanos por cada 1.000 habitantes. Si contamos los días de espera son Aragón (183) y Cataluña (156). Y si hablamos de acceder al especialista, Aragón, otra vez, Canarias, Navarra y Andalucía (todas por encima de los 100 días). Por el contrario, las que están mejor son País Vasco, la Comunidad Valenciana y Madrid, por debajo del 11 por ciento en porcentaje de habitantes y, otra vez, el País Vasco y Madrid en días de espera (por debajo de 75): Y en acceso al especialista, otra vez País Vasco Y Madrid, además de Baleares y Galicia, todas por debajo de 56 días.

No es un problema solo de medios materiales y personales, sino también de gestión. Así que cuando llegue la hora de votar y las quejas sobre la sanidad pública deberíamos recordar estos datos. Hay que prestigiar a los médicos y al personal sanitario si queremos ser un país sano. Y eso significa una retribución y unas condiciones de trabajo dignas. Y abandonar la política sectaria. Sobre todo para no tener que “hacer caso” a Alejandro Nieto.

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