Opinión

Una explosión de cultura y compromiso

1971. Es nombrado gobernador civil de Orense Guillermo Fernández Júlbez, que durante el corto periodo en el que desempeñó el cargo, no dudó en reprimir el movimiento campesino movilizado contra la cuota empresarial, encarcelando y torturando a sus líderes, miembros de Comisións Campesiñas (será tema de un artículo). Este represor es quizá más conocido por el intento fracasado de controlar el Ateneo, su propuesta de junta directiva fue derrotada por la propiciada por la oposición democrática. El delegado de Información y Turismo tenía que justificar el uso de la primera planta de la Torre destinada a albergar el Ateneo. La junta directiva electa la encabezaba Manuel Cabaleiro Goás como presidente, vicepresidente José Luis Temes Ramos, secretario José Manuel Díaz Núñez, tesorero José Luis Tovar Bobillo, vocales Celso Montero Rodríguez, Carmen Encinas Diéguez y cinco conocidos comunistas: Jaime Quesada Porto, Carlos Vázquez Rodríguez, Manuel Peña Rey Bouzas, Javier Martínez Randulfe y Gonzalo Iglesias Sueiro. Como miembro nato, el delegado de Información y Turismo, Torres Royo. La reacción inmediata de Fernández Júlbez fue suspender toda la actividad del Ateneo y amonestar a Torres Royo.

1972. Se nombra gobernador civil a Daniel Regalado Aznar, vinculado a los sectores del régimen partidarios de un aperturismo controlado. El nuevo gobernador acepta la legalidad de la junta directiva suspendida por Júlbez (con la sustitución por fallecimiento de Carlos Vázquez por Fernando Suárez) y el Ateneo empieza su intensa actividad cultural en la que cabe destacar, entre otras, las conferencias de Rafael Ribó Masso (actualmente síndico de Agravios de Cataluña), Luis González Seara (que fue ministro de Universidades e Investigación), el filósofo José María Aranguren, el que sería premio Nobel de Literatura Camilo José Cela, el historiador Xaquín Lorenzo Fernández (Xocas), el escritor Eduardo Blanco Amor, el historiador Ramón Tamames Gómez, el viejo profesor Enrique Tierno Galván (fue en Ourense donde fundó su partido, el PSP), Francisco Fernández Buey (filósofo comunista), el ensayista y arqueólogo Carlos Alonso Real…

Pero el Ateneo no solamente fue un foro de ilustrados conferenciantes. Organizó otras actividades entre las que destaca el homenaje a Castelao con la publicación de una antología “Castelao Nós”, autor Xesús Alonso Montero, de la que se editaron 20.000 ejemplares, distribuidos gratuitamente al pueblo y financiados gracias a la generosidad de los artistas gallegos que donaron obras que fueron vendidas después de estar expuestas (diciembre 74). Recordemos que en 1932 los amigos y admiradores del poeta Luis de Tapia habían financiado las 50 coplas del poeta para ser distribuidas al pueblo; es el único antecedente de un hecho de tal importancia. Hay que destacar que entre las obras expuestas había un cuadro de un anciano amigo íntimo de Daniel R. Castelao (probablemente Luciano Castro García). Paralelamente, se organizó un ciclo de conferencias en las que dieron lecciones magistrales los intelectuales Ramón Otero Pedrayo, Eduardo Blanco Amor, Xesús Alonso Montero y Ramón Valenzuela. .

Se organizó el primer curso de lengua gallega, del que fue profesora la cacereña de nacimiento María Victoria Moreno Márquez (homenajeada el Día das Letras Galegas de 2018). Asistieron 25 alumnos que hicieron un trabajo sobre diglosia en el pueblo de Grou (Lobios).

En 1975, un grupo empresarial pretendía la ubicación de una fábrica de celulosa en las proximidades de la capital ourensana, situada en la zona de Reza y con posterioridad en Castro de Trelle (Olla del Miño). El Ateneo organizó una mesa redonda a la que fue invitada la empresa promotora de la instalación. Fue tal la asistencia que se retiró el proyecto y uno de sus promotores tuvo que ser protegido de la ira popular por Carmen Encinas Diéguez.

Entidad comprometida con los acontecimientos políticos de aquellos tiempos, facilitó que en sus locales se reunieran las fuerzas políticas que defendían el Estatuto de Autonomía para Galicia, que convocaron una manifestación unitaria en la que leyó el comunicado final el escritor Eduardo Blanco Amor.

De los componentes de aquella junta directiva perviven su tesorero, José Luis Tovar Bobillo, Manuel Peña Rey Bouzas y el viejo milenario.

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