Opinión

Quessada, "sociedad y represión"

Intemporal; presente, pasado y futuro perviven en la obra de Xaime Quessada. Solo los más sabios y valientes saben trascender el tiempo y describir con letras de sangre el mal que anida en el corazón de los malditos por la historia. Xaime pertenecía a ese selecto grupo que crea y trasmite un mensaje de compromiso con la verdad, con la vida y con la humanidad. Valeroso hasta la temeridad, amaba el riesgo cuando este era necesario para defender los principios éticos en una sociedad amedrentada por el terror. Nuestro genial artista había bebido del cáliz de los grandes genios del arte, en su obra se refleja la influencia de Goya, Bacon y de su gran maestro Picasso. 

 El domingo día 4 se clausura la exposición “Sociedad y represión”. Los que la han visitado han quedado impresionados de la dureza y claridad con que el autor denuncia la crueldad de los estados totalitarios que no dudan en usar la tortura como represión brutal de las libertades. Las ansías de los pueblos que claman por los derechos humanos vulnerados sistemáticamente por un monstruo que se reproduce, como la Hidra de Lerna, en docenas de países, ayer España, Vietnam, Camboya, Chile…, hoy Iraq, Egipto, Yemen… Siria

 Quessada no dudó en denunciar las torturas de la dictadura franquista cuando aún ésta respondía con la máxima represión; así pudimos ver el hacinamiento de presos políticos en su obra “Sótanos de Gobernación”, o las ejecuciones de luchadores por la democracia en varios lienzos: “El garrote”, “Víctimas”, “La silla eléctrica”, “Réquiem en el penal de Burgos”, “Carabanchel”, “A Julián Grimau”… 

Xaime supo penetrar en el dominio de lo transpersonal y por lo tanto experimentó la disolución de las fronteras espaciales, llegando a conseguir la disgregación de los límites temporales sobre los que se asienta la existencia cotidiana de cualquier ser humano. Como dice Stanislav Grof en su obra “La mente holotrópica”: “La conciencia transpersonal nos permite revivir el pasado y el futuro dando un salto más allá del tiempo”. Eso está alcance de los que han conseguido la inmortalidad y su espíritu se manifiesta eternamente a través de su obra.

Quessada, el poeta, el guerrillero de las causas justas, el defensor de los débiles, el generoso militante del Partido Comunista, el caballero de los perseguidos, el amigo de sus amigos, pero sobre todo el amante de la libertad; ese genio de creación hacía orgullo de su pequeña patria, ser ourensano. Conocedor del mundo, viajero impenitente, bebió la sabiduría de un mundo multicultural, miles de aventuras jalonan su viaje hacía el Parnaso en su eterna lucha contra los mercenarios del cruel capitalismo. Y es en Ourense donde hemos tenido el privilegio de gozar de esta exposición que nos acerca a uno de los genios de la pintura más importantes del siglo XX.No debo terminar este artículo sin expresar las sensaciones que experimenté al ver el óleo “Noaia” (1961). Los personajes parecen espectros de un mundo gris donde los afectos se mezclan con la soledad, lo viejo convive con lo nuevo, la indefinición con el misterio. ¿Por qué lo tituló “Noaia”? Tal vez sea la historia de algún personaje entrañable de las noches estivales del viejo Ourense.

Te puede interesar